Hace ya dos décadas, en el año 2004, una calle anónima se sumía en el olvido bajo capas de polvo que se alzaban con cada paso de los vehículos. En aquella época, junto al periodista Luis Lemus, capturamos una instantánea que hoy perdura como testigo de aquellos días donde el polvo era el rey absoluto de lo que ahora conocemos como el bullicioso Bulevar Edy acosta.
La fotografía, tomada frente a la Gasolinera El Triángulo, revela la densa nube de polvo que envolvía a todo aquel que se aventuraba por aquel camino, ya fuera por necesidad o por elección. Era difícil imaginar que aquel lugar, aparentemente abandonado, pudiera algún día transformarse en el vibrante corazón de la ciudad que es hoy.
Fue solo hasta el año 2013, casi una década después de aquella captura, que vimos cumplirse el anhelado sueño de ver surgir el bullicioso bulevar, bajo la dirección del Gobierno de Porfirio Lobo Sosa. Diez años de espera, de proyectos y sueños compartidos por los habitantes de la zona y los líderes visionarios que se empeñaron en convertir aquel polvoriento camino en un símbolo de progreso y modernidad.
Resulta curioso mirar hacia atrás y recordar que en esa imagen apenas se vislumbraban construcciones. El único rastro de actividad era la Gasolinera del Triángulo y el Mini Super Rosmery que se alzaban solitarios a lo largo de la calle. Aquel lugar, hoy bullicioso y lleno de vida, era entonces un lienzo en blanco, esperando ser transformado por el paso del tiempo y el ingenio humano.
Así, cada vez que recorremos el Bulevar Edy Acosta, inundado por la luz de los comercios y el trajín de los transeúntes, recordamos con nostalgia aquellos días en los que el polvo reinaba supremo, esperando ser barrido por el viento del cambio y la esperanza de un futuro mejor.
