Un Emprendedor con Ritmo: La Historia de Percusiones Zetas en Tocoa, Colón

Cultura

Tocoa, Colón – En la ciudad de Tocoa, Colón, donde las palmas danzan al compás del viento, un joven emprendedor ha encontrado la manera de dar vida a la música. Edwin Gerardo Zelaya, maestro y exdirector de una banda de guerra, ha transformado su pasión por la música en un floreciente negocio, fabricando instrumentos de percusión en un pequeño taller.

El origen de este proyecto es una historia de necesidad convertida en oportunidad. “Este proyecto nació como una necesidad, pero también con una gran oportunidad de sacar a nuestra familia adelante. Hoy en día estamos exportando instrumentos a España, y varias bandas de guerra en Honduras nos compran”, destacó con orgullo Zelaya, recordando los inicios humildes de su empresa, Percusiones Zetas.

Desde sus modestos comienzos en 2018, cuando debía viajar hasta San Pedro Sula para adquirir los instrumentos necesarios, Zelaya ha logrado establecer en Colón un servicio que antes era inaccesible en la región. “Comenzamos en el 2018. Para esa fecha, teníamos que ir hasta San Pedro Sula a comprarlos. Hoy, aquí en Colón, podemos brindar este servicio”, apuntó el emprendedor, con la satisfacción de haber facilitado la vida a otros músicos locales.

Percusiones Zetas, ubicada en Tocoa, Colón, no es solo un taller de fabricación de instrumentos; es un símbolo de perseverancia y dedicación. La empresa cuenta ahora con tres talleres: uno de soldadura, otro de carpintería y un tercero de ensamble y armado de instrumentos. Estos espacios vibran con la energía de la creación, donde cada pieza se elabora con precisión y amor por el arte de la música.

La expansión de Percusiones Zetas no solo ha puesto a Tocoa en el mapa musical de Honduras y más allá, sino que también ha generado empleo para siete artesanos, cuyas manos talentosas fabrican estos instrumentos que halagan los oídos de los amantes del ritmo.

La historia de Edwin Gerardo Zelaya y Percusiones Zetas es una melodía de éxito, forjada con esfuerzo y determinación. En cada conga, cada güiro, cada platillo, resuena el eco de un sueño hecho realidad, un sueño que comenzó en un pequeño taller de Tocoa y que ahora suena en los corazones de músicos de todo el mundo.