Olanchito, conocida con orgullo como la “Ciudad Cívica” de Honduras, es un lugar donde la historia, la cultura y el civismo se entrelazan para formar un tejido único en el país.
Pero este título no es casualidad; es el resultado de un esfuerzo por mantener vivas las tradiciones y los valores que dieron origen a la Semana Cívica, un evento instaurado en 1935 por el ilustre profesor Francisco Murillo Soto y otros maestros de la época. Esta celebración no solo ha perdurado en el tiempo, sino que se ha convertido en una piedra angular de la identidad de Olanchito.
Cada septiembre, Olanchito se transforma en el centro de actividades cívico-culturales que reflejan el alma del municipio. Lo que comenzó con celebraciones como el Día del Camino, el Día del Huevo y el Día de la Vaca, donde se reconocía y homenajeaba a los pilares de la sociedad, ha evolucionado, incorporando nuevas fechas y actores como el Día de la Paz, el Día del Folklore, el Día del Ambiente y otros.
Sin embargo, el espíritu de aquellas primeras conmemoraciones sigue intacto, manteniendo vivas las buenas prácticas y costumbres que son el orgullo de los comejamos.
La Semana Cívica de Olanchito es más que un evento; es un reflejo de lo que significa ser parte de un municipio que valora la educación, la cultura y el respeto por las tradiciones. Es un legado que se transmite de generación en generación, asegurando que las nuevas generaciones comprendan la importancia de su identidad y el papel que juegan en la preservación de su historia.
No es casualidad que Olanchito sea cuna de grandes escritores y pensadores como Ramón Amaya Amador, Juan Ramón Martínez, Francisco Murillo Soto, Livio Ramírez, Joaquín Reyes Tejeda y Max Sorto Batres, entre otros. Estos nombres son testimonio de una ciudad que ha sabido nutrirse de sus raíces para dar frutos que han enriquecido la cultura nacional.
El reconocimiento de Olanchito como la Ciudad Cívica es, por tanto, un homenaje a su capacidad para mantener viva una tradición que, más allá de las festividades, refuerza los lazos y la conciencia colectiva.
En un país donde las identidades locales a veces se pierden en la globalización, Olanchito se establece como la cuna del civismo y la cultura, recordándonos que nuestras tradiciones son el fundamento sobre el cual construimos nuestro futuro.
A medida que la Semana Cívica continúa evolucionando, incorporando nuevos elementos que reflejan los tiempos actuales, es esencial que mantengamos el compromiso con los valores que la originaron.
Solo así, Olanchito seguirá siendo ese ejemplo de civismo que todos admiramos, una ciudad que, año tras año, nos recuerda la importancia de honrar nuestras raíces mientras miramos hacia el futuro con esperanza y determinación.