Honduras busca nominación de El Lago de Yojoa como biósfera ante la Unesco

Nacionales

Para muchos, el Lago de Yojoa es mucho más que un cuerpo de agua; es un símbolo de vida, tradición y sustento. Este hermoso lago, rodeado de exuberante vegetación y montañas, ha sido el corazón de las comunidades que lo habitan durante generaciones. Ahora, Honduras tiene la oportunidad de protegerlo para las futuras generaciones al proponer su nominación como biósfera ante la Unesco, un paso crucial hacia su preservación.

Luis Solís, director del Instituto de Conservación Forestal (ICF), compartió este fin de semana la noticia que ha generado ilusión entre los pobladores de los 14 municipios que rodean el lago. La propuesta, inicialmente planteada en 2023 está cerca de concretarse, un hecho que podría cambiar el destino del Lago de Yojoa y sus comunidades.

“Esto no es solo para proteger el medio ambiente, es para garantizar que nuestras futuras generaciones puedan seguir viviendo y disfrutando de lo que nosotros hoy tenemos”, comenta Martha Reyes, una residente de la zona que ha vivido toda su vida a orillas del lago. Para ella y para muchos otros, la declaratoria como biósfera representa la oportunidad de encontrar un equilibrio entre el desarrollo humano y la naturaleza.

La designación de una biósfera no solo implicaría un mayor control y cuidado del lago, sino también la posibilidad de atraer inversiones que respeten este equilibrio. “Si se maneja bien, esto podría traer más turismo y oportunidades económicas, pero sin dañar el ecosistema que tanto amamos”, agrega Martha con esperanza en su voz.

La relación entre el hombre y la naturaleza siempre ha sido frágil, pero la posibilidad de que el Lago de Yojoa se convierta en un espacio de aprendizaje para el desarrollo sostenible, como lo define la Unesco, podría ser la clave para garantizar la protección de su biodiversidad. Las reservas de biosfera están diseñadas para generar soluciones locales a problemas globales, un concepto que podría transformar no solo el entorno natural, sino también la vida de las personas que dependen de él.

Entre los pescadores, agricultores y pequeños emprendedores que habitan las orillas del lago, el anuncio ha sido recibido con una mezcla de entusiasmo y cautela. “Es una gran oportunidad, pero también un gran reto. Debemos estar unidos para asegurar que las decisiones que se tomen sean las mejores para nuestra tierra y nuestra gente”, reflexiona Julio Méndez, un pescador de la zona.

Si la nominación es aceptada, el Lago de Yojoa no solo se consolidaría como un área de manejo específico, sino que se fortalecerían los esfuerzos para garantizar su sostenibilidad. Sin duda, el verdadero desafío será integrar las actividades humanas con la protección del medio ambiente, un reto que tanto las autoridades como las comunidades locales están dispuestas a asumir con responsabilidad.