Un día como hoy, 24 de noviembre de 1966, Ramón Amaya Amador, uno de los más destacados escritores y periodistas de Olanchito, Honduras; falleció trágicamente en un accidente aéreo en Bratislava, Checoslovaquia. Amaya, autor de obras como Prisión Verde y defensor incansable de la justicia social, murió a los 50 años mientras regresaba de participar en el IX Congreso del Partido Comunista Búlgaro, representando al Partido Comunista de Honduras.
La aeronave, un Ilyushin II 18B de la aerolínea TABSO, cubría la ruta de Sofía a Praga con escalas en Budapest. Debido al mal tiempo, el vuelo aterrizó en Bratislava, donde permaneció en espera durante varias horas. Sin embargo, tras despegar nuevamente, el avión se estrelló cerca del barrio de Rača, dejando 82 víctimas fatales, entre ellas Amaya Amador, tres colegas de la revista Problemas de la Paz y del Socialismo, y otras personalidades internacionales.
Un legado truncado
Amaya Amador dejó tras de sí un impresionante legado literario con más de 30 obras, destacando por su denuncia de las injusticias sociales y su crítica al sistema opresor. En el momento de su muerte, acababa de concluir su obra histórica Morazaneida, una ambiciosa novela sobre la vida de Francisco Morazán. También planeaba escribir sus memorias y continuar defendiendo a los sectores marginados desde su exilio.
En Honduras, su literatura fue censurada durante años, pero su influencia persiste, inspirando a nuevas generaciones a cuestionar las desigualdades sociales.
Recuerdo y homenaje
Hoy, 58 años después de su fallecimiento, el nombre de Ramón Amaya Amador sigue vivo en la memoria colectiva. Su obra continúa siendo un emblema de lucha y resistencia, recordándonos que su voz no se apagó en aquel trágico vuelo, sino que permanece en cada página de sus escritos y en el corazón del pueblo hondureño.