Litoral Atlántico – Viajar por la carretera CA-13, la columna vertebral que conecta el litoral Atlántico de Honduras con el resto del país, se ha convertido en una experiencia más parecida a sortear un campo de obstáculos que a disfrutar de un trayecto hacia los destinos turísticos de la región.
El deterioro evidente de esta vía, llena de baches y carente de reparaciones, no solo representa un riesgo para los viajeros, sino que también amenaza con frenar el crecimiento del turismo en una de las zonas más atractivas del país.
La CA-13, que debería ser un acceso directo a las playas paradisíacas, los hoteles y los sitios turísticos del Atlántico, hoy funciona como un repelente para el turismo.
Los conductores deben maniobrar entre cráteres en el pavimento, esquivar charcos profundos y lidiar con el peligro constante de accidentes. “Es frustrante, uno viene con la intención de relajarse, pero el estrés comienza en la carretera”, comentó un viajero frecuente.
Para los empresarios del sector turístico, la situación no es menos preocupante. Hoteles, restaurantes y operadores de tours han visto una disminución en la afluencia de turistas, muchos de los cuales optan por otros destinos debido a las condiciones de la carretera.
“El turismo es una de nuestras principales fuentes de ingresos, pero si no se toman acciones rápidas, lo estaremos perdiendo”, advirtió un hotelero de Trujillo.
El reclamo de reparaciones urgentes en la CA-13 no es nuevo, pero las promesas gubernamentales han quedado atrapadas en el terreno fangoso de la burocracia y la falta de acción.
Mientras tanto, cada día que pasa sin atender esta crisis es un día más en el que el litoral Atlántico pierde visitantes, y con ellos, el sueño de convertir esta región en un pilar del desarrollo económico y turístico de Honduras.
La carretera CA-13, una vez vista como la puerta de entrada al paraíso, hoy se percibe como una trampa que pone en riesgo la seguridad de quienes transitan por ella y el futuro del turismo en la zona.