Tocoa, Colón. Han pasado casi dos meses desde que la Tormenta Tropical Sara golpeó el departamento de Colón, dejando a su paso destrucción y aislamiento. Sin embargo, para los habitantes de municipios como Santa Fe y Balfate, el verdadero desafío comenzó después de la tormenta: la indiferencia del gobierno central.
Las carreteras que conectan estas comunidades están intransitables. Lo que antes eran caminos difíciles, hoy son trayectos que parecen laberintos de lodo y baches. Los habitantes deben hacer malabares para transitar, arriesgándose a quedarse varados o sufrir accidentes.
La falta de mantenimiento y respuesta por parte de las autoridades agrava la situación, generando malestar entre los pobladores que sienten que han sido olvidados y abandonados por el gobierno.
“Pareciera que para ellos Santa Fe y Balfate no existen. No han enviado maquinaria, ni siquiera han venido a ver cómo estamos”, comenta un vecino de Balfate, quien asegura que el deterioro de las vías está afectando el comercio y el transito de las familias que dependen de ellas para llegar a hospitales, escuelas y mercados.
En contraste, las autoridades locales han hecho llamados constantes al gobierno central y a la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) para que envíen ayuda y reparen los accesos, pero hasta el momento las respuestas han sido escasas y tardías.
La falta de acción pone en riesgo no solo la economía de la región, sino también la seguridad y el bienestar de los habitantes de estos municipios. Mientras tanto, la promesa de reconstrucción y atención sigue siendo un eco distante en medio de los escombros que dejó la tormenta.
Para los coloneños, el paso del tiempo sin soluciones es un recordatorio de que la verdadera tormenta no es Sara, sino el olvido gubernamental que parece no tener fin.
