Washington, D.C. – Este lunes, Donald Trump tomó posesión como el presidente número 47 de los Estados Unidos en una ceremonia marcada por la solemnidad y la austeridad en el Capitolio, debido al frío que obligó a realizar el evento en el interior.
Juramento y simbolismo
Trump, de 78 años, se convirtió en el presidente de mayor edad en asumir el cargo en la historia del país, superando a su predecesor Joe Biden. Con la mano sobre dos biblias, una personal y otra que perteneció a Abraham Lincoln, y acompañado por la primera dama Melania Trump, el mandatario prestó juramento ante el juez John Roberts, presidente del Tribunal Supremo.
El momento fue seguido por una salva de cañones y la interpretación de Salve al Jefe, el himno presidencial estadounidense.
Ceremonia adaptada
A diferencia de las tradicionales investiduras al aire libre en las escalinatas del Capitolio, esta vez solo 750 personas asistieron en la rotonda del edificio, un espacio de gran simbolismo que une al Senado y la Cámara de Representantes.
Simpatizantes de Trump siguieron la ceremonia desde pantallas gigantes en el Capital One Arena, que cuenta con capacidad para 20,000 personas.
Participación internacional y apoyo ideológico
Por primera vez, líderes extranjeros asistieron a la investidura de un presidente estadounidense, destacando figuras de la derecha latinoamericana como Nayib Bukele (El Salvador), Daniel Noboa (Ecuador) y Javier Milei (Argentina).
También estuvo presente el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, a quien Washington reconoce como “presidente electo” de Venezuela.
Además, magnates tecnológicos como Elon Musk, uno de los principales aliados de Trump, figuraron entre los invitados especiales.
Expectativas para el mandato
Trump tiene previsto pronunciar un discurso inaugural en el que delineará su visión para los próximos cuatro años. La atención está puesta en si repetirá el tono polémico de su primera investidura en 2017, cuando denunció la “carnicería estadounidense” y prometió restaurar la grandeza de la nación.
La ceremonia de investidura marca el inicio de un mandato que promete ser controvertido, con un enfoque renovado en migración, comercio y relaciones internacionales.