La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha adoptado un tono conciliador hacia Estados Unidos, dejando atrás las advertencias iniciales de revisar la presencia de la base militar norteamericana en Palmerola, emitidas en el contexto de posibles deportaciones masivas por parte del gobierno de Donald Trump.
A través de su cuenta en X (antes Twitter), Castro felicitó a Trump tras asumir como el presidente número 47 de Estados Unidos, destacando el interés de Honduras en fortalecer el diálogo sobre migración.
“Reiteramos nuestro compromiso de fortalecer el diálogo sobre migración, abordando enfoques conjuntos para una migración ordenada, segura y legal”, expresó la mandataria.
La presidenta también subrayó la importancia de la relación bilateral, afirmando: “Confiamos en seguir consolidando nuestra histórica asociación, promoviendo el desarrollo económico y la seguridad en beneficio de ambas naciones”.
Este cambio en el discurso llega días después de la inauguración de la moderna embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, una inversión de 327 millones de dólares que simboliza el compromiso de Washington con Honduras.
Analistas sugieren que esta moderación en el tono de Castro busca mantener un equilibrio diplomático con el gobierno de Trump, especialmente en temas sensibles como la migración y la seguridad, áreas clave para ambas naciones.