Olanchito, Yoro — Este lunes 28 de abril, la ciudad cívica de Olanchito se vistió de orgullo y memoria al conmemorar el natalicio de Ramón Amaya Amador, el hijo predilecto que elevó el nombre de Honduras con su pluma valiente y su compromiso con la justicia social.

Como parte de las actividades conmemorativas, se desarrollarán jornadas de declamación, actos culturales y la imposición simbólica de una corona de laurel en su honor, al busto ubicado en el Parque de Olanchito, cuna de muchas de sus inquietudes literarias.
Estudiantes, escritores, docentes y miembros del movimiento cultural local se darán cita para leer fragmentos de sus obras, rendir homenaje a su pensamiento crítico, y recordar la fuerza con que retrató las injusticias que vivió el pueblo hondureño a lo largo del siglo XX. En sus letras, Olanchito encontró voz, fuerza y rebeldía. Y hoy, más que nunca, su legado sigue presente.
¿Quién fue Ramón Amaya Amador?
Ramón Amaya Amador nació un 28 de abril de 1916 en Olanchito, Yoro. Desde joven, mostró gran interés por las letras, el periodismo y la defensa de los sectores más vulnerables. Su sensibilidad por los conflictos sociales lo llevó a convertirse en escritor, periodista y militante político, con una trayectoria marcada por el exilio, la lucha ideológica y una obra literaria profundamente comprometida.
Fue periodista en El Cronista, redactor en varios diarios nacionales e internacionales y fundador del periódico “Vanguardia Revolucionaria”. También ejerció como corresponsal político y crítico literario.
Su vida estuvo marcada por la persecución política, el exilio en Guatemala y luego en Checoslovaquia, donde falleció trágicamente en un accidente aéreo en 1966.
Sus obras y su legado
La más emblemática de sus novelas es “Prisión Verde” (1945), una obra censurada en su tiempo que denuncia la explotación de los trabajadores bananeros en las plantaciones de la United Fruit Company. A través de una narrativa realista y poderosa, Amaya Amador documentó la vida en los campos hondureños, sus abusos, miserias y luchas.
Otras obras destacadas incluyen:
• “Los brujos de Ilamatepeque”
• “Amanecer”
• “Cipotes”
• “El señor de la sierra”
• “Destacamento Rojo”
A través de su literatura, Ramón Amaya Amador dejó un legado indeleble de conciencia social, y colocó a Honduras en el mapa de la literatura comprometida latinoamericana.
Su visión de una sociedad justa, su valentía y amor por el pueblo hondureño siguen siendo fuente de inspiración para nuevas generaciones de lectores, escritores y luchadores sociales.
Hoy, en su tierra natal, Olanchito le rinde tributo no solo como un autor, sino como una conciencia viva que supo amar profundamente a su patria y denunciar sus heridas con tinta indeleble.