En un país donde las noticias se escapan más rápido que el salario mínimo, Luis Lemus no solo las persigue: las retrata.
Hoy, mientras el mundo gira como siempre y las redacciones se llenan de café recalentado, en El Comejamo hacemos una pausa para aplaudir al hombre que le tomó una foto al rey zope y no salió volando.

Lemus cumple años. No sabemos cuántos porque la edad, como las buenas fotos, se mide en momentos capturados y no en calendarios. Periodista de oficio, fotógrafo de vocación y trotamundos de espíritu, este muchacho ha andado más barrios que un bus rapidito y ha logrado inmortalizar lo que muchos ni ven: la Honduras real, la que juega maules en la tierra, que cocina con leña, que camina con escobas de monte al hombro y que sonríe sin pose para Facebook.
Su lente ha recorrido aldeas, caseríos, avenidas polvorientas y callejones empedrados, y en cada uno de esos rincones, Lemus ha encontrado un pedazo de noticia, una historia sin titular, un retrato sin filtro.

Lo hemos visto agachado, trepado, embarrado, esperando la luz perfecta como quien espera la señal de los dioses. Porque él no toma fotos: conversa con el instante y lo convence de quedarse quieto.
Hoy, desde la sala de redacción de El Comejamo, le decimos: ¡Feliz cumpleaños, Luis Lemus!
Y lo hacemos con una caricatura que lo retrata como es: cámara en mano, ojo agudo, corazón sensible, tomándole una foto a un niño, porque así es él: le ve historia a una sonrisa, revolución a una mirada, y noticia al silencio.
Brindamos por vos, Luis. Que la luz te siga, que el enfoque no te tiemble y que sigás haciendo de la fotografía un espejo donde Honduras se vea con dignidad y sin maquillaje.
Licenciado en Periodismo, hijo de Lomitas en Olanchito es un gran ser humano.