Tegucigalpa, Honduras. – La presidenta Xiomara Castro no asistió este año a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), rompiendo con la costumbre de los tres años anteriores en los que se presentaba personalmente a pronunciar su discurso.

Ni Casa Presidencial ni la Cancillería hondureña han explicado oficialmente las causas de la inasistencia, lo que ha abierto un abanico de especulaciones y análisis entre expertos en política internacional.
De acuerdo con analistas consultados, la decisión obedecería a una estrategia para evitar una “vergüenza diplomática” y fricciones con Estados Unidos en los últimos meses de su mandato. La presidenta hondureña se ha caracterizado en foros internacionales por alinearse con regímenes como Venezuela, Cuba y Nicaragua, países que se encuentran bajo fuerte cuestionamiento de Washington.
En este contexto, su ausencia habría sido un cálculo político para no agravar tensiones ni afectar la imagen de su partido Libre y de su candidata presidencial Rixi Moncada.
La abogada Ruth Lafosse señaló que la mandataria buscó evitar “el escrutinio y la vergüenza diplomática” derivada del reciente informe de la ONU sobre el régimen de Nicolás Maduro, que documenta violaciones a derechos humanos y delitos de lesa humanidad. “Asumir ese costo de defender lo indefendible, mejor optó por no ir, pero su ausencia ante la ONU grita más fuerte que cualquier discurso”, sostuvo la profesional del derecho.

El analista Lester Ramírez coincidió en que la inasistencia es una estrategia para evitar complicaciones con Estados Unidos y cuidar la imagen de Libre. “Fue una estrategia política; no creo que hubiese dicho algo relevante a los intereses del país, sino que hubiese complicado las relaciones con Estados Unidos”, opinó.
Por su parte, el analista Carlos Cálix indicó que gobiernos extranjeros manejan suficiente información sobre el apoyo de Castro al régimen de Maduro, por lo que su participación podría haber desatado reacciones internacionales adversas. “Hay que esperar la versión oficial, pero el silencio del gobierno alimenta la especulación”, añadió.
Otra lectura es que la presidenta optó por el viaje a Ciudad del Vaticano, donde fue recibida por el papa León XIV, en un gesto dirigido a la feligresía católica tras el impacto de la multitudinaria Caminata por la Oración de Honduras organizada por iglesias católica y evangélicas, que Libre intentó boicotear.
Para el experto en relaciones internacionales Graco Pérez, este movimiento refleja que el oficialismo prefirió centrarse en la política interna. “Tan dañino es ir a dar un discurso que no va en función de los intereses del país como simplemente no ir”, señaló.
El mismo experto apuntó que la no asistencia también es el reflejo de una ausencia de política exterior clara. Aunque el canciller puede asistir a las reuniones, “al final él no puede mantener la reunión al más alto nivel” en sustitución de la presidenta, explicó.
En sus tres años anteriores de mandato, Xiomara Castro se había presentado ante la ONU para criticar el modelo neoliberal y defender a los regímenes de Caracas, La Habana y Managua, además de condenar lo que considera “bloqueos y sanciones inmorales” por parte de Washington. Este año, en cambio, el silencio y la ausencia generaron más titulares que cualquier discurso.
Analistas coinciden en que la decisión fue un acto de cálculo político para evitar costos externos y proteger la narrativa interna en un año preelectoral. Sin embargo, también advierten que esta estrategia puede transmitir la imagen de un gobierno sin rumbo diplomático y restar liderazgo a Honduras en el escenario internacional.