La Ceiba, Atlántida. – Bajo un cielo encendido de tonos naranjas y violetas, el malecón Reynaldo Canales de La Ceiba volvió a llenarse de vida este Feriado Morazánico.

Cientos de turistas y familias locales aprovecharon el descanso para disfrutar del atardecer frente al mar Caribe, en uno de los lugares más emblemáticos de la “Novia de Honduras”.
Durante el feriado, las calles de La Ceiba se convirtieron en un mosaico de colores, música y sonrisas. Visitantes de diferentes partes del país recorrieron el bulevar costero, degustaron la gastronomía local y capturaron recuerdos junto al icónico rótulo luminoso de “La Ceiba, la novia de Honduras”.

El muelle turístico, con su estructura de madera extendida sobre el mar, fue punto de encuentro para parejas, grupos de amigos y familias que se detuvieron a contemplar la puesta de sol. La brisa marina, el sonido de las olas y las luces que comienzan a encenderse al caer la tarde hicieron del lugar un escenario casi mágico.
La Ceiba, reconocida por su vibrante vida nocturna, sus montañas, playas y comunidades garífunas, recibió durante este feriado a numerosos turistas nacionales que eligieron la ciudad como su principal destino de descanso.

Restaurantes, bares y pequeños comercios reportaron un notable movimiento de visitantes, reflejo del impacto positivo del turismo en la economía local.
Además del atractivo natural del Caribe hondureño, el colorido techo artesanal que adorna parte del malecón se convirtió en un punto fotográfico irresistible para los visitantes, ofreciendo una estampa viva que mezcla arte, alegría y tradición ceibeña.

Autoridades locales destacaron el buen comportamiento de los turistas y el trabajo coordinado entre la Policía, la Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos para garantizar un ambiente seguro.
“La Ceiba vuelve a brillar como destino turístico de primer nivel”, señalaron representantes municipales, subrayando que el turismo es una de las principales fuentes de desarrollo de la región atlántica.
Entre los visitantes, se observaba a familias completas, parejas jóvenes y adultos mayores disfrutando juntos, recordando que más allá de la playa y el mar, La Ceiba ofrece experiencias únicas.
