En un país dividido, los obispos de Honduras llaman a votar con conciencia y a aceptar el veredicto ciudadano

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La Conferencia Episcopal insta a respetar la voluntad popular y advierte sobre los riesgos de una pérdida de institucionalidad democrática.

Tegucigalpa, Honduras. En un mensaje  reflexivo y con evidente preocupación por el clima político del país, la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) exhortó este lunes a respetar la voluntad expresada legítimamente en las urnas, subrayando que el voto debe ejercerse con conciencia, análisis y responsabilidad ciudadana.

Los obispos, en un documento titulado “Lo que nos une es mucho más grande que lo que nos divide”, recordaron que “no se trata de votar por costumbre o por emociones momentáneas”, sino de hacerlo pensando en el futuro del país y en el bienestar colectivo.

“Pidamos al Señor sabiduría para optar por quien consideremos con más aptitud”, cita el mensaje episcopal, retomando las palabras de la Carta a los Colosenses (3,23): «Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres».

Los obispos hondureños reconocen que el país vive una etapa marcada por “grandes desequilibrios, corrupción, violencia y pobreza”, fenómenos que —afirman— no provienen de la voluntad de Dios ni deben ser aceptados por la sociedad.

En su análisis, alertan sobre una posible “pérdida de institucionalidad democrática y de justicia”, advirtiendo que esta deriva podría tener implicaciones profundas para todos los sectores de la nación.

El mensaje, emitido en el marco del Jubileo de la Esperanza y la preparación hacia la Santa Misión Nacional 2026, invita a la ciudadanía a buscar soluciones conjuntas, con creatividad y decisión, para erradicar las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad.

Inspirados en las enseñanzas del Papa León XIV, los prelados propusieron tres valores esenciales para reconstruir el tejido social hondureño: amor, unidad y servicio.

El amor, señalaron, “es el valor humano más alto” y el único capaz de derribar las barreras que dividen a los hondureños. La unidad, afirmaron, es condición indispensable para lograr el desarrollo sostenible y el bienestar común. Recordaron, además, la “Caminata de Oración por la Paz, la Justicia y la Democracia” realizada en agosto junto a la Confraternidad Evangélica, como ejemplo de que “con fe y respeto es posible caminar juntos”.

En cuanto al servicio, los obispos subrayaron que quienes gobiernan tienen la “noble responsabilidad de administrar honesta y eficientemente los bienes del pueblo”. Citando el Evangelio de Marcos (9,35), recordaron que “si alguien quiere ser el primero, debe hacerse servidor de todos”.

La Conferencia Episcopal instó a la población a involucrarse activamente en el proceso electoral del próximo 30 de noviembre, conocer a profundidad las propuestas de los candidatos y ejercer el voto de manera libre y consciente. Al mismo tiempo, pidieron a todos los actores políticos y sociales “respetar la voluntad expresada de manera legítima en las urnas” y evitar cualquier intento de deslegitimación o manipulación del resultado electoral.

“Conscientes de que lo que nos une es más grande que lo que nos divide, proponemos que el Señor Jesucristo, fundamento de nuestra fe, nos guíe siempre por las sendas del amor, la unidad y el servicio”, concluye el comunicado.

El mensaje episcopal se interpreta como un recordatorio de prudencia en un escenario político marcado por discursos polarizados y tensiones entre los poderes del Estado. Aunque no menciona partidos ni figuras específicas, su tono apunta a una advertencia general: la democracia se debilita no solo con el fraude o la corrupción, sino también con la indiferencia, el fanatismo y la pérdida del sentido ético en la política.