Bono de alivio se convierte en piñata política en el Valle del Aguán

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Lo que debía ser un programa de apoyo solidario para las familias más golpeadas por la crisis climática y económica terminó convirtiéndose en el centro de una tormenta política en el Valle del Aguán.

La entrega del llamado “bono climático”, impulsado por el gobierno central, ha sido duramente cuestionada por pobladores que denuncian un reparto selectivo y partidista en favor de activistas, allegados y dirigentes del partido LIBRE.

En municipios como Sabá, Tocoa y comunidades del Medio Aguán en Olanchito, la indignación crece. Los reclamos apuntan a que el beneficio de 7,000 lempiras por persona fue otorgado a médicos, maestros con doble plaza, familiares de candidatos, profesionales con empleo estable y dirigentes políticos locales, mientras que los verdaderos afectados por las lluvias y los sectores más vulnerables quedaron fuera de las listas.

“Es la injusticia más grande que hemos visto en Sabá”, expresó Héctor López, vecino del municipio. “Hay mujeres solteras, vendedores de tortillas, gente que recoge botes en las calles, familias que apenas sobreviven al día, y no fueron incluidas. En cambio, los que ya tienen su salario fijo sí cobraron el bono”.

La controversia estalló cuando comenzaron a circular en redes sociales fotografías y listados de beneficiarios celebrando el cobro del bono. En los registros, aparecen nombres de docentes de varios centros educativos y de familiares directos del candidato a alcalde de LIBRE, Romario Núñez, incluyendo su esposa, su hermano, una tía y varios empleados de su equipo político.

La publicación generó un verdadero “sismo” en la política local. En las calles el tema se volvió conversación obligada. Para muchos, el caso es el reflejo de cómo los programas sociales se utilizan como herramientas de control político en tiempos preelectorales.

El descontento no se limita a Sabá. En Tocoa, vendedores ambulantes protestaron en las afueras del antiguo Instituto Ramón Rosa, denunciando que quedaron fuera del beneficio.

“La ayuda se la están dando solo a los del partido”, reclamó una de las afectadas. “Nosotros también somos pueblo, también sufrimos cuando no hay ventas, y las lluvias nos dejan sin ingresos”.

Los vendedores afirman que la entrega del bono fue “un premio político” más que una ayuda humanitaria, y que se utilizó como instrumento de propaganda partidaria.

En otras comunidades del Medio Aguán, vecinos reportaron casos similares: nombres de personas que no viven en las zonas afectadas, productores ganaderos y militantes de LIBRE que figuran como beneficiarios, mientras cientos de familias en situación de pobreza extrema siguen esperando una oportunidad.

“El bono debería ser un instrumento de alivio, no una moneda de intercambio político”, opinó un analista local consultado. “Cuando se privilegia a los cercanos al poder, se destruye la confianza ciudadana y se convierte una política social en una piñata de intereses”.