El reconocimiento del diputado de Libertad y Refundación (Libre), Jorge Cálix, sobre el estado actual de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (Zede) ha provocado una ola de reflexión y debate en el Congreso Nacional de Honduras. En sus declaraciones recientes, Cálix admitió que su partido no ha cumplido la promesa de derogar las Zede, lo que ha generado una sensación de traición hacia la población y una falta de respaldo a la presidenta Xiomara Castro.
El diputado señaló que la falta de ratificación de la reforma constitucional por parte del Congreso Nacional ha dejado las Zede aún en vigencia, a pesar de la promesa de campaña de su partido de derogarlas. Esta discrepancia ha generado una sensación de urgencia entre los legisladores para abordar el tema de manera adecuada y responsable.
Cálix subrayó la importancia de seguir los procedimientos constitucionales para lograr la derogación efectiva de las Zede, lo que implica la construcción de consensos y la obtención de los votos necesarios en el Congreso. Su llamado a una acción más efectiva y respetuosa del marco legal ha resonado entre los expertos constitucionalistas, incluido Oliver Erazo, quien respaldó sus declaraciones y advirtió sobre el riesgo de caer en una anarquía si se continúa ignorando el procedimiento legal establecido.
El debate sobre las Zede continúa generando tensiones en el Congreso, ya que los legisladores buscan un camino claro y legalmente sólido para cumplir con las expectativas del pueblo hondureño y honrar las promesas de campaña hechas por su partido. La necesidad de un consenso y una acción colectiva efectiva se ha vuelto evidente, ya que el respeto por el marco legal constitucional es fundamental para el desarrollo democrático del país.