En una noticia que afecta a unos 500 empleados temporales, la bananera Agrícola Santa Inés anunció la suspensión de sus operaciones en tres fincas durante tres meses. Estas plantaciones sufrieron daños considerables debido a las invasiones de grupos campesinos a finales del año 2023, dejando a cientos de trabajadores en una situación precaria.
La decisión de suspender la producción implica la pérdida de mil contenedores de banano en exportación y la paralización de sueldos por un total de 25 millones de lempiras durante el período de interrupción. Las aldeas más afectadas por los despidos son Isletas, Ceibita y Carrioles, además de la ciudad de Sonaguera, donde la economía local sentirá el impacto negativo.
El presidente del Sindicato de Isletas, Alirio Garay, expresó su preocupación por los despidos, aunque espera que las fincas puedan restablecerse en unos meses, permitiendo la reincorporación del personal afectado. Sin embargo, la incertidumbre persiste entre los trabajadores y las comunidades afectadas.
La falta de procesamiento durante dos meses resultó en la pérdida de seiscientas mil cajas, directamente atribuibles al deterioro de las fincas Guacamaste, La Paz y La Esperanza, las cuales estuvieron invadidas por varias semanas. El avance descontrolado del sigatoka, debido a la falta de mantenimiento, ha agravado aún más los daños, generando una crisis en la producción de banano.
Las plantaciones bananeras en Isletas, que abarcan dos mil hectáreas, se ven especialmente afectadas, ya que las tres fincas dañadas representan el cincuenta por ciento de la producción total. La situación pone de manifiesto la vulnerabilidad de la industria ante eventos externos y la necesidad urgente de medidas para la protección y recuperación de las plantaciones afectadas.