El reciente juicio y condena de Juan Orlando Hernández, el último presidente de derecha de Honduras, por parte de la justicia estadounidense ha generado una serie de preguntas sobre la relación geopolítica entre Estados Unidos y Honduras.
La condena sin pruebas de Hernández, acusado de narcotráfico y uso de armas de fuego, ha sido criticada por los aliados de la derecha hondureña, quienes afirman que el proceso judicial ha sido injusto y político
En un contexto de creciente desconfianza hacia Estados Unidos en América Latina, el caso de Hernández ha sido visto por algunos como una demostración de la falta de respeto de los intereses en Honduras por parte de los Estados Unidos. La izquierda en Honduras y en la región celebra la condena, mientras que la derecha lamenta el trato que la justicia norteamericana le dio a su último presidente de derecha.
La situación también se ha visto en el contexto de la geopolítica internacional, con Estados Unidos considerando a China y Rusia como las principales amenazas en América Latina y buscando reducir el contacto de China con los países de la región, Honduras ha sido fiel a los Estados Unidos pero las nuevas autoridades Hondureñas creen que ya es necesario un cambio.
Honduras ha avanzado en su acercamiento a China, reconociendo la política de una sola China y planteando la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio con China, ¿seguira la derecha hondureña liderada por el partido nacional apoyando las políticas gringas?
En este escenario, Honduras busca ampliar sus alianzas exteriores y diversificar sus relaciones internacionales, lo que podría cambiar la política exterior del país y su relación con otros países y organizaciones internacionales
Es importante destacar que la condena de Hernández no ha sido aceptada por todos los hondureños, y la opinión pública en el país sigue dividida sobre el caso. Además, la condena de Hernández no necesariamente significa que Estados Unidos no tenga aliados en Centroamérica, ya que la región sigue siendo un área de interés estratégico para los Estados Unidos.
En conclusión, el caso de Juan Orlando Hernández ha generado una serie de preguntas sobre la relación geopolítica entre Estados Unidos y Honduras, y la situación continúa siendo observada con atención en la región y en el mundo. El futuro de las relaciones entre ambos países dependerá en parte de cómo se abordan estas preguntas y cómo se buscan nuevas alianzas y cooperaciones en la región.