En lo profundo de las montañas de Olanchito en la Cordillera de Nombre de Dios, donde el verde de la vegetación se funde con el cielo, una red de comunidades luchaba contra el olvido y la dificultad de acceso a los mercados.
Hasta hace unos días, los productores se veían obligados a emprender largas caminatas para llevar sus cosechas hasta la aldea de Medina, una travesía agotadora que limitaba su capacidad para comercializar sus productos y acceder a servicios básicos.
Sin embargo, hoy, un rayo de esperanza ilumina el horizonte de estas olvidadas comunidades. El Alcalde de Olanchito, Juan Carlos Molina, ha cumplido una promesa largamente esperada: la reactivación de la famosa carretera conocida como “La Culebra”, una antigua vía que en el pasado comunicaba a Olanchito con La Ceiba, pero que con el paso de los años había quedado abandonada e intransitable.
“Son 30 kilómetros desde Las Flores, pasando por Briones, Paletales del Norte, Urraco y Agua Sarca. Hoy estamos apenas a cinco kilómetros para llegar a la aldea de Las Mangas, jurisdicción de La Ceiba”, expresó emocionado el Alcalde Molina.
Para las comunidades que durante tanto tiempo han sido olvidadas por las autoridades, esta nueva infraestructura representa más que solo una carretera. Es un símbolo de desarrollo, de oportunidades renovadas y de un futuro más prometedor.
“Nos prometió y hoy lo está cumpliendo. Tampoco anduvo pidiendo contrapartida. Hoy las comunidades estamos agradecidas porque es un Alcalde de palabra”, manifestó uno de los vecinos.
A tan solo 30 minutos de Medina, estas aldeas, antes relegadas al olvido, ahora vislumbran una nueva era de prosperidad y conexión con el mundo exterior. Con cada paso dado en “La Culebra”, estas comunidades avanzan hacia un futuro más brillante y lleno de posibilidades.
