La quietud del Hospital Aníbal Murillo Escobar de Olanchito, Yoro se vio interrumpida por un suceso tan inesperado como sorprendente. José Martínez, un hombre de 35 años de edad, ingresó de emergencia con una situación poco común que dejó boquiabiertos a médicos y pacientes por igual: una aleta de pescado incrustada en su estómago.
El relato de los hechos nos transporta a las tranquilas aguas del Río Aguán en Olanchito, en los bajos del puente que conecta esta ciudad con el medio Aguán, donde Martínez compartía una jornada de pesca con su hijo y tres amigos más.
Sin embargo, lo que prometía ser una noche de recreación se convirtió en una experiencia angustiosa cuando una aleta de pescado de considerable tamaño se alojó en el estómago de Martínez, provocando un dolor intenso y una situación de emergencia.
Ante la magnitud del incidente, los amigos de Martínez actuaron con rapidez, intentando desesperadamente liberarlo del pez que lo había herido. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, y se vieron obligados a tomar una decisión drástica: cortar el pez y dejar la enorme aleta en forma de espina en el cuerpo de su compañero.
Martínez, residente de la Colonia 8 de Febrero en Olanchito, y sus amigos salieron a pescar alrededor de las 7 de la noche de ese martes, una actividad que realizan de manera regular y que nunca antes había resultado en un incidente tan extraño y peligroso.
Los pescadores atribuyen el origen del pez a una especie conocida como “Barbón”, que, según ellos, fue introducida en las aguas del Río Aguán por extranjeros. Mientras tanto, Martínez aguarda en la sala de quirofano del hospital, donde será sometido a una operación de emergencia para remover la aleta.