El mundo empresarial de Honduras está de luto por el fallecimiento de uno de sus miembros más destacados, el empresario Alan Edgardo Flores Rodil, quien murió trágicamente en un accidente aéreo mientras viajaba desde Roatán hacia Tegucigalpa el pasado sábado.
Don Alan, como se le conocía afectuosamente, era el presidente de la Corporación Flores, un importante conglomerado empresarial en el país.
En respuesta a esta triste noticia, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) y otras entidades privadas han expresado su pesar y han emitido acuerdos de duelo. Estos documentos no solo expresan el dolor por la pérdida de un líder empresarial influyente, sino que también ofrecen consuelo a sus hijos, quienes ahora tienen la responsabilidad de continuar con el legado de su padre.
Además de COHEP, la expresidenta de esta institución y también hija de don Alan, Aline Flores, recibió condolencias personalizadas, destacando su relación familiar y profesional con el fallecido.
Sebastián Pastor, otra figura prominente en la comunidad empresarial, utilizó sus redes sociales para expresar su tristeza por la partida de don Alan, describiéndolo como “un gran empresario y ciudadano que deja una profunda huella y un legado de bien común en el país”.
Su mensaje extendió el pésame a la viuda de Flores, Doña Rosita, a su hija Aline, y a otros familiares y amigos cercanos del Grupo Flores.
La Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC) también se unió al duelo, emitiendo un acuerdo de duelo donde reconocen la contribución de Flores al desarrollo empresarial de Honduras y envían sus condolencias a la familia doliente.
Este conjunto de expresiones de duelo por parte de distintas instituciones privadas y empresariales no solo subraya la estatura y el impacto de don Alan en la comunidad empresarial, sino que también resalta la red de apoyo y el respeto mutuo existente entre los líderes de negocios en Honduras.
La partida de don Alan Flores deja un vacío en el panorama empresarial del país, pero también establece un recordatorio del impacto duradero que un líder dedicado puede tener en su comunidad y más allá.