Olanchito, Yoro – Es imperativo que se esclarezca de una vez por todas cuánto paga la empresa NEFROCENTRO por el alquiler del edificio 1807, construido con los fondos del pueblo de Olanchito y actualmente en deterioro debido a la falta de mantenimiento. La transparencia en este asunto no solo es una cuestión de justicia, sino también de responsabilidad hacia los ciudadanos que financiaron esta infraestructura con sus impuestos.
A pesar de los meses transcurridos desde que NEFROCENTRO se instaló en el edificio, las condiciones del inmueble son deplorables: baños dañados, sistemas de aire acondicionado inoperantes y una serie de desperfectos que reflejan la inoperancia de los funcionarios públicos responsables. ¿Cómo es posible que un edificio tan importante se esté cayendo a pedazos ante nuestros ojos?
Recientemente, un representante de NEFROCENTRO afirmó que la empresa ha contribuido económicamente al mejoramiento de las bodegas y al centro perimetral. Sin embargo, esta afirmación ha sido aparentemente desmentida por las autoridades administrativas del Hospital Aníbal Murillo Escobar (HAME), sembrando dudas sobre la veracidad de tales aportes.
Es lamentable que un edificio financiado por el sacrificio del pueblo se convierta en una piñata para beneficiar a empresarios privados. Aún más grave es que el Gobierno, en lugar de asegurar un alquiler justo que beneficie al hospital y, por ende, a la comunidad, parezca regalar miles de lempiras al permitir que NEFROCENTRO use estas instalaciones prácticamente sin coste.
La situación se agrava al considerar que el mismo Gobierno paga contratos millonarios a NEFROCENTRO por dializar a pacientes renales. ¿Por qué, entonces, no se asegura que esta empresa pague un alquiler adecuado que contribuya al mantenimiento del edificio y a la mejora de los servicios del hospital?
Es hora de exigir transparencia y rendición de cuentas. Los ciudadanos de Olanchito merecen saber cómo se están utilizando sus recursos y por qué sus bienes públicos están siendo descuidados. No podemos permitir que la ineficiencia y la falta de responsabilidad sigan perjudicando a nuestra comunidad.
El llamado es claro: se necesita una auditoría inmediata de los acuerdos de alquiler entre NEFROCENTRO y el HAME, así como un plan de acción para restaurar y mantener el edificio 1807. La salud y el bienestar del pueblo de Olanchito están en juego, y no podemos quedarnos de brazos cruzados ante esta injusticia.