Santa Fe y el anhelo del Corredor Turístico Esmeralda

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Santa Fe, Colón- El Corredor Turístico Esmeralda ha sido un sueño histórico para el departamento de Colón, un anhelo que busca conectar con las comunidades de Atlántida a través de la costa caribeña.

Este proyecto ha representado una lucha de muchos años, especialmente para los municipios de Santa Fe y Balfate, cuyos habitantes aún dependen del mar para transportar productos y pasajeros.

En las costas de comunidades como Quinito, el mar ha sido tanto un aliado como un desafío. Las pequeñas embarcaciones, cargadas de productos y personas, son una escena cotidiana, reflejo de la persistencia y adaptabilidad de su gente. Sin embargo, cuando el invierno azota y las aguas se vuelven indomables, la vida se detiene.

“Cuando el invierno azota tenemos que esperar que el mar se calme, pues no se puede navegar y eso no permite traer productos y alimentos; tampoco nadie puede salir”, comparte un residente local, subrayando la dura realidad de depender del mar.

El Corredor Turístico Esmeralda, con el potencial de transformar esta realidad, ha sido impulsado fervientemente por Santa Fe y Balfate. La reciente contratación de una empresa para rehabilitar el paso hacia el límite de Balfate, financiada por la Municipalidad de Santa Fe, es un paso enorme, aunque insuficiente para completar la visión completa del proyecto.

Para los habitantes de Quinito, Betulia, Plan Grande y Manatí, el corredor representa más que una simple vía terrestre. Es una promesa de acceso continuo a alimentos, productos y oportunidades, independientemente de las condiciones del mar.

Es un sueño de conexión y progreso que ha perdurado a lo largo de los años, alimentado por la esperanza y el esfuerzo constante de sus comunidades.

La nostalgia de años de espera se mezcla con la esperanza en cada paso que se da hacia la realización de este corredor. Los habitantes de estas comunidades continúan gestionando y luchando por un acceso terrestre que les ofrezca seguridad y continuidad en su vida diaria, manteniendo vivo el sueño del Corredor Turístico Esmeralda, una arteria de desarrollo que promete unir a Colón con el resto del mundo a través de la costa del Caribe.