A 26 años del Huracán Mitch: Recuerdos de desesperación en Olanchito

Cultura

Olanchito, Yoro – El huracán Mitch dejó una marca indeleble en Olanchito hace 26 años, cuando las lluvias torrenciales y la furia del río Aguán transformaron un tranquilo valle en un escenario de devastación.

La noche que Mitch comenzó su embate, nadie imaginaba la magnitud de lo que se avecinaba: la tierra temblaba con cada embate de la tormenta, y el miedo se esparcía como las aguas desbordadas del río que pronto arrasaría con los campos bananeros, las plantaciones y las esperanzas de un futuro tranquilo.

Las fincas de los Rosarios, prósperas plantaciones de banano, quedaron sepultadas bajo capas de tierra y arena, y los campos se convirtieron en desiertos de lodo y escombros.

Las fincas de banano de la empresa Proadasa, en el sector de Tepusteca, fueron arrasadas por el río Aguán. Así quedó la empacadora Hogge.

La compañía Standard Fruit, pilar de la economía local, fue tomada por sorpresa; no hubo tiempo de salvar nada. Contenedores, tractores y equipos quedaron atrapados y sepultados en las empacadoras, un testamento silencioso de la inesperada furia de Mitch.

El puente sobre el río Aguán, el principal acceso a Olanchito, fue partido en dos. El río, que usualmente fluía con calma, se convirtió en una fuerza imparable que dejaba al pueblo incomunicado y vulnerable. Las aguas se llevaron no solo caminos, sino la conexión de Olanchito con el resto del mundo.

Días y noches sin energía eléctrica encerrados en casas a merced del destino y la generosidad de DIOS así pasaban los días, mientras de a poco todo iba volviendo a la normalidad.

En esos días de incertidumbre, la maquinaria de la Standard Fruit trabajó incansablemente, abriendo caminos y reparando accesos improvisados por el sector de Juncal.

La carretera de la margen izquierda se convirtió en el único acceso seguro al litoral Atlántico, una arteria improvisada que mantuvo a Olanchito en contacto con el exterior.

Hoy, al recordar aquel trágico octubre, el dolor persiste y las imágenes de un Mitch devastador son testimonio de la fortaleza y la fuerza de un pueblo que enfrentó lo inconcebible.