Olanchito, Yoro. — La planilla municipal del Partido Libre en Olanchito parece más una telenovela política que una fórmula de unidad. Lo que comenzó con ligeros roces entre el candidato a vicealcalde Claudio Pérez y el candidato a alcalde Mario Miguel Ponce, ahora ha escalado a una ruptura abierta, regada de reclamos, amenazas de renuncia… y exigencias de reembolso.
Desde hace semanas se venía gestando el malestar de Pérez, quien considera que Ponce ha tomado decisiones unilaterales y “no adecuadas”.
Pero esta semana, el conflicto llegó a su punto más alto: Mario Miguel le pidió la renuncia a su vicealcalde. Claudio, con la elocuencia que lo caracteriza, respondió que con gusto renuncia, siempre y cuando le devuelvan “la jugosa cantidad de lempiras” que ha invertido en la campaña.
Ante la negativa, el desesperado aspirante a la alcaldía —que parece creer que Tegucigalpa tiene una varita mágica— hizo llamadas hasta la capital para ver si podían “borrar” al vicealcalde de la planilla. Al recibir un rotundo “no se puede”, pasó al plan B: seguir pidiéndole la renuncia… sin éxito.
Pero la novela no acaba allí. Cuatro regidores —sí, cuatro— han tomado partido por Claudio Pérez, molestos también con el equipo de campaña de Mario Miguel, especialmente con dos asistentes que, según ellos, no gozan del cariño ni de la confianza de nadie en la dirigencia local.
La revuelta interna ya alcanzó los chats de grupos, donde uno de los candidatos le lanzó a Mario: “preparáte porque fijo vas a ser regidor”, insinuando una caída estrepitosa en las urnas.
Entre las quejas, se suman reclamos porque a la gente que viajó a la marcha en Tegucigalpa no se le dio ni una baleada, y sobre todo, el eterno misterio del “dinero de las mesas electorales”, del cual Mario Miguel, según sus propios compañeros, no da ni informes ni explicaciones.
Mientras tanto, Claudio Pérez —quien en otros tiempos fue uno de los más fervientes defensores de Libre en Olanchito y que lo llevo a enemistarse con varios de sus conocidos — ahora se ha enemistado con medio mundo dentro de su propio partido.
Y si alguien sonríe discretamente en medio de este caos es el actual alcalde, Juan Carlos Molina, quien parece mirar desde su escritorio cómo sus contrincantes se despedazan entre ellos. Con Libre partido, peleado y sin rumbo, la reelección de Molina se ve cada vez más como un paseo en bicicleta… cuesta abajo.
