“Adiós mamá, te quiero mucho”: el emotivo adiós de Oscar antes de ser trasladado a El Pozo

Locales

Olanchito, Yoro – “¡Adiós mamá, te quiero mucho!” fueron las palabras que rompieron el silencio en el portón del Centro Penal de Olanchito, mientras los rostros de los familiares se llenaban de lágrimas y desesperación.

Quien gritaba era Óscar, uno de los 210 privados de libertad que, entre miradas de angustia, abordaban los buses rumbo a la temida cárcel de máxima seguridad en Ilama, Santa Bárbara, conocida como El Pozo.

Su madre, una humilde mujer originaria de la zona de Isletas, Colón, intentaba contener el llanto. Entre sollozos, relató que no podrá visitar a su hijo por falta de recursos económicos. “Él es inocente. Yo no tengo cómo llegar hasta allá. Tal vez no lo vuelva a ver”, dijo mientras se aferraba a una fotografía desgastada que guardaba en su cartera.

Su testimonio, como el de muchas otras madres y esposas que llegaron a despedirse, refleja el drama humano detrás de este traslado masivo.

La operación incluyó a 197 hombres y 13 mujeres del penal de Olanchito, quienes fueron reubicados a El Pozo, centro de reclusión de máxima seguridad destinado a albergar a personas con alta peligrosidad o sentencias firmes.

Las autoridades explicaron que el traslado se realizó con el objetivo de reorganizar el sistema penitenciario y garantizar mayor control en los centros penales.

Mientras tanto, en las calles de Olanchito, las familias que quedaron atrás viven la angustia de no saber si volverán a ver a sus seres queridos. Para muchos, como la madre de Óscar, el castigo se extiende más allá de las rejas.

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