Aranceles de EE. UU. abren una oportunidad única para Honduras en café y maquila

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“Estamos mejor posicionados que gran parte del mundo”, dice Karim Qubain.

Tegucigalpa, Honduras — Lo que para muchos países ha significado un golpe económico directo, para Honduras puede ser el punto de partida de una estrategia comercial ganadora. La reciente decisión de la administración del presidente Donald Trump de imponer un arancel global del 10% a todas las importaciones, ha sacudido los cimientos del comercio internacional.

Sin embargo, en este nuevo tablero de juego, Honduras podría moverse con ventaja, especialmente en dos de sus pilares económicos: el café y la industria textil (maquila).

Así lo aseguró el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), Karim Qubain, quien explicó que, a pesar de que Honduras también fue incluida en el arancel base del 10%, países competidores clave como Vietnam, Indonesia, Nicaragua y Bangladesh están recibiendo tarifas mucho más elevadas, lo que reposiciona a Honduras en el radar de grandes inversores.

Estamos favorecidos sobre el 85% de nuestra competencia en el mundo. En café, estamos mejor posicionados que Vietnam. En maquila, más competitivos que China o Bangladesh. Esto es una oportunidad que no podemos dejar pasar”, aseguró Qubain.

Café y Textiles: ¿ventaja temporal o despegue estratégico?

En el sector cafetalero, países como Vietnam (46% de arancel) e Indonesia (32%) enfrentan incrementos drásticos, mientras que Honduras mantiene el 10% inicial, lo que podría ayudar a conservar e incluso expandir cuota de mercado en EE. UU., el mayor consumidor de café del mundo.

En la industria textil, el panorama es similar. Bangladesh ahora tiene un arancel del 37%, Vietnam del 46% y Nicaragua del 19%, lo que reduce su competitividad en la venta de prendas a Estados Unidos.

Honduras, bajo las reglas del CAFTA-DR, ya gozaba de beneficios preferenciales que, aunque fueron parcialmente limitados, aún resultan más favorables que los impuestos a estas economías asiáticas.

El tratamiento que nos ha dado Estados Unidos es benigno comparado con otros países. Esto ha permitido mantener precios atractivos, lo cual ha motivado a muchas empresas a contactarnos para invertir o reubicar sus operaciones aquí”, añadió el líder de la CCIC.

Interés creciente de inversionistas internacionales

Karim Qubain confirmó que, en las últimas dos semanas, la cámara ha recibido un incremento notable en las solicitudes de empresas internacionales interesadas en establecer operaciones en Honduras, especialmente en zonas industriales como el Valle de Sula.

“Algunas compañías ya nos han dicho que están considerando salir de Asia y ven en Honduras una alternativa confiable, con buena ubicación geográfica y costos razonables. Si el país garantiza estabilidad jurídica y seguridad operativa, podríamos estar frente al inicio de una nueva ola de inversión extranjera directa”, puntualizó.

¿Y ahora qué? El desafío de convertir la ventaja en estrategia

El escenario actual plantea a Honduras una ventana geopolítica y comercial que pocas veces se abre. El desafío radica en saber aprovecharla a tiempo:

• Consolidar las negociaciones diplomáticas con EE. UU. para mantener o incluso mejorar las condiciones arancelarias actuales.

• Invertir en infraestructura logística y energía para recibir nuevas industrias.

• Facilitar procesos de instalación empresarial y otorgamiento de permisos, evitando burocracias que frenen el impulso.

• Apoyar a las pymes locales para que también se inserten en las nuevas cadenas de valor.

Este es el momento para pensar en grande. El mundo está reconfigurando sus rutas de comercio, y Honduras no puede quedarse viendo desde la orilla. Si actuamos con inteligencia, este puede ser el despegue económico que tanto hemos esperado”, concluyó Qubain.

Los aranceles que han desatado tensión comercial en el mundo pueden convertirse, para Honduras, en una oportunidad estratégica para reposicionarse como centro industrial y agrícola competitivo.

Con la mirada puesta en el café y la maquila, el país tiene en sus manos la posibilidad de no solo resistir el impacto global, sino de convertirse en un destino clave para la inversión internacional.