En el corazón del barrio La Estación, donde antes solo se divisaban terrenos baldíos y esperanza, comenzó a gestarse uno de los proyectos más grandes para la seguridad y el desarrollo de Olanchito: la construcción de la sede del Benemérito Cuerpo de Bomberos.

Corría el año 1985 cuando un grupo de ciudadanos comprometidos y visionarios decidieron dar el primer paso. En la fotografía que hoy vuelve a la memoria ciudadana, aparecen de izquierda a derecha: el Dr. Orlin Meléndez, el Comandante del Ejército en Olanchito, la profesora Elvira Duarte de Lozano, el señor Faustino Lozano Martínez, el profesor Ranulfo Rosales y don Caco Meléndez. E
llos fueron los precursores de esta obra que, más allá del cemento y los techos de teja, se edificó con voluntad, compromiso social y verdadero amor por Olanchito.
Aunque para 1985 la construcción ya lucía finalizada, no fue sino hasta 1990 que el sueño tomó forma completa con la conformación oficial del primer Cuerpo de Bomberos de Olanchito.
Cinco años de gestiones, voluntariado y cooperación hicieron falta para ver por fin flamear la bandera de los bomberos en la entrada de la estación.
Eran tiempos difíciles, pero también tiempos de grandes valores. En una época donde no sobraban los recursos, abundaban el civismo, la solidaridad y las ganas de hacer patria desde lo local.

Aquella estación que se levantó con esfuerzo comunitario y colaboración interinstitucional, fue el resultado de una visión compartida: la de proteger la vida y los bienes de los vecinos de Olanchito.
Hoy, mirar esa imagen en blanco y negro es también mirar la historia viva de una ciudad que no se rinde, que construye con sus manos lo que necesita. Y es recordar que hay nombres y rostros que merecen siempre estar en la memoria de un pueblo agradecido.
Porque los sueños que se hacen en comunidad… se vuelven legado.