Beneficios y espejismos de la Hidroeléctrica El Yaguala en Olanchito

Locales

Olanchito, Yoro. – Con un costo superior a  los 150 millones de dólares, la hidroeléctrica El Yaguala se erige como el proyecto de energía privada más grande de Honduras. Su imponente cortina de 93 metros de altura y sus dos turbinas generan una producción de 60 megavatios, aportando al sistema energético nacional unos 229.72 GW.

En términos de capacidad instalada, el municipio se coloca en el mapa como una de las zonas de mayor potencial para la generación de energías renovables en el país.

Sin embargo, la pregunta que ronda entre la población local es inevitable: ¿qué beneficios concretos aparte de los estructurales como La Rotonda, concreto para ciertas calles pavimentadas, y el archivo del Hospital que nunca se termino, trae un proyecto de esta magnitud a Olanchito?

Aunque El Yaguala inyecta energía al sistema nacional, Olanchito continúa padeciendo los mismos problemas de siempre: apagones constantes, caídas de voltaje y deficiencias en el sistema de distribución interno.

El panorama se agrava cuando fallan otras subestaciones del país, ya que el Despacho Nacional no ordena la conexión de la subestación de Coyoles, lo que provoca apagones generalizados en toda la region atlántica.

En contraste con la grandeza de la obra, los pobladores siguen encendiendo velas o recurriendo a plantas eléctricas privadas.

La obra no solo representa energía; también posee un recurso invaluable: su enorme espejo de agua, que podría convertirse en fuente de desarrollo para la región. Sin embargo, la falta de visión y planificación limito su aprovechamiento.

Proyectos como la producción de tilapia u otras especies acuícolas podrían generar empleo sostenible y fortalecer la economía de comunidades cercanas, pero hasta ahora esa posibilidad permanece como un espejismo.

En sus inicios, las negociaciones prometían campañas de empleo y proyectos comunitarios, pero esas ofertas se diluyeron una vez finalizado el proyecto. La represa quedó como una infraestructura monumental cuya relación con el desarrollo social de Olanchito es, hasta el momento, limitada.

Más allá de la energía, El Yaguala podría convertirse en un eje de turismo ecológico, acuicultura, deportes acuáticos y proyectos de riego agrícola, actividades que, bien gestionadas, abrirían las puertas a la diversificación económica del Valle del Aguán.

Olanchito, que poco a poco se consolida como zona altamente generadora de energía renovable, podría atraer mayores inversiones en el futuro. Pero para que ese desarrollo sea real y tangible, se requiere que las empresas privadas y el Estado volteen la mirada hacia la gente, hacia las comunidades que hoy siguen preguntándose: ¿qué tanto nos beneficia tener estos proyectos de energía renovable en nuestra tierra si seguimos padeciendo apagones?

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