El horror golpea nuestras fronteras mientras cientos de latinoamericanos, incluyendo hondureños, nicaragüenses, venezolanos y cubanos, se enfrentan a un contingente militar estadounidense en un intento desesperado por escapar de la miseria y la violencia en sus países de origen.
Las imágenes, que parecen salidas de una película de Hollywood sobre el apocalipsis, muestran a los migrantes derribando vallas fronterizas en un intento frenético por alcanzar la promesa de una vida mejor en los Estados Unidos.
¿Es este el fin del mundo tal como lo conocemos o simplemente el resultado de décadas de corrupción y desigualdad? Mientras los políticos latinoamericanos, incluyendo los de Honduras, observan con indiferencia, miles de personas enfrentan la cruel realidad de la falta de empleo y oportunidades, obligándolos a emprender un peligroso viaje hacia lo desconocido.
¿Cuántas tragedias más deben ocurrir antes de que se tomen medidas reales para abordar esta crisis humanitaria? La incertidumbre y el caos reinan en nuestras fronteras mientras la esperanza se desvanece para aquellos que buscan desesperadamente una nueva vida en tierras extranjeras.