Litoral Atlántico – “Es que no nos va a hacer falta, a mí me va a sobrar dinero, no va a hacer falta, más bien va a sobrar para que le metamos pavimento a Arizona, Esparta, La Masica.

Esos cuatro carriles van a quedar bonitos con las entradas a cada municipio”, fueron las palabras del ministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), Octavio Pineda, a representantes de la sociedad civil en Atlántida.
Con tanta seguridad en sus palabras, parecía que estábamos a punto de presenciar la construcción de la carretera del siglo. Pero, como ya es costumbre en el país, la historia dio un giro inesperado: lo que en un principio era la promesa de una carretera nueva, ahora se ha convertido en… ¡bacheo! Sí, parches millonarios en lugar de una reconstrucción completa.

Pero esperen, que la historia se pone aún mejor. Resulta que el embajador de España en Honduras, Diego Nuño García, anunció con bombos y platillos un préstamo de 70 millones de euros para la construcción total de la carretera desde La Ceiba hasta Puerto Castilla. Un préstamo que, dicho sea de paso, originalmente era para hospitales, pero mágicamente terminó en el asfalto.

Y aquí viene la pregunta del millón: ¿por qué no unir los fondos del préstamo español con el presupuesto nacional y hacer la carretera de una vez? ¡Ah, pero no! En su infinita sabiduría, el Gobierno ha decidido gastar millones este año en bacheo y luego, el próximo año, tirar todo a la basura para hacer la carretera de nuevo.
Un plan tan brillante que haría sonrojar a cualquier ingeniero de obras públicas… en el país de Nunca Jamás.
Mientras tanto, el ministro Pineda sigue tratando de explicar su jugada maestra. “O sea, no sé si me estoy dando a entender”, les dijo a los ciudadanos en Atlántida.

Y la verdad es que no, señor ministro, no se está dando a entender. Pero lo que sí entendemos es que, una vez más, nos están dando atol con el dedo.