Tegucigalpa, Honduras. — Sin la participación del consejero Marlon Ochoa, el Consejo Nacional Electoral (CNE) realizó hace unos instantes la declaratoria definitiva de las elecciones generales a nivel presidencial, proclamando como presidente electo de la República a Nasry Juan Asfura Zablah, candidato del Partido Nacional de Honduras.

La decisión se produjo cuando el escrutinio oficial aún registra alrededor de 305 actas pendientes de revisión, un volumen que, de acuerdo con analistas electorales y especialistas en derecho constitucional, no tiene la capacidad matemática ni jurídica de revertir el resultado final.
Asfura, conocido popularmente como “Papi a la Orden”, se impuso con una ventaja aproximada de 26,348 votos sobre su más cercano contendiente, Salvador Alejandro César Nasralla Salum, del Partido Liberal, en una de las contiendas más cerradas y observadas de la historia electoral reciente del país.
La declaratoria se dio en un ambiente lleno de tensiones políticas, cuestionamientos públicos y debates sobre la transparencia del proceso, especialmente por la ausencia del consejero Ochoa en el acto oficial. No obstante, el pleno del CNE avanzó con el procedimiento, respaldado en los datos consolidados del sistema de transmisión y verificación de actas.
Con esta resolución, Honduras se encamina a la juramentación de su presidente número 40, una figura que construyó su campaña alrededor de la imagen del trabajo constante, la disciplina y el discurso de municipalizar los servicios, sintetizado en una consigna que caló en amplios sectores: “más trabajo, más trabajo”.
Nasry Asfura no se ha presentado públicamente, aunque personas cercanas a su círculo político confirmaron que ya estaría definida la hora para una conferencia de prensa, en la que el presidente electo agradecerá el respaldo de cerca de un millón y medio de hondureños que depositaron su confianza en su proyecto político.

