Comunidades luchan contra la erosión costera, que les está arrebatando playas y propiedades

Regionales

La Ceiba. “Yo tengo mis maletas listas para salir cuando el mar me corra”, con esa decisión ya resignada vive don Alejandro de Jesús Padilla,  que en los últimos cuatro días a visto como las olas están acosando su casa que está a orillas del mar en La Ceiba.

Desde el mes de enero de este año, el mar estaba a más cien metros de la  colonia Gracias a Dios y parte de La Miramar. “Ahora lo tenemos en nuestra barba, la playa desapareció”, recuerda Don Alejandro, quien lleva más de dos décadas viviendo en este lugar, y nunca había visto un escenario como el que amenaza con llevar su casa.

Aquí es una invasión, muchas familias hicieron su hogar desde hace unos 25 años. “Aquí esta nuestra vida, no tenemos a donde ir. Muchos han quedado en la calle porque sus casas se las llevó”, recuerda don Alejandro, mientras se sostiene con bastón.

La playa en este sector, eran la diversión de los jóvenes y viejos. “Íbamos a jugar pelota, los pescadores dejaban sus lanchas, ni había peligro”, recuerda José Alberto Zelaya, miembro del patronato de esta colonia.

Son más de seis casas las que las olas se han llevado. En ese escenario apenas se distinguen troncos de árboles y raíces de cocoteros.

“Es urgente que las autoridades busquen una solución a este problema, que nos tiene amenazados”, demandó el dirigente.

La erosión  costera está  dejando sin playas a muchos sectores, un fenómeno que está trayendo una cadena de problemas.

“Esto ha venido complicar más nuestra situación. Pues el mar a destruido el muro de contención de la laguna de oxidación y esto es un problema ecológico y para la salud de nosotros”, lamentó Ramón Uclés, miembro del patronato de la colonia Villa Real.

No hay playa, piedras y residuos de muros se han apoderado de esta franja, que apenas se pueden caminar.

“Pedimos a las autoridades que reparen los daños ennla laguna de oxidación, pues aquí vienen a descargar todas las aguas grises del sector este. Y ya no soportamos el mal olor”, lamentó Uclés.

Las autoridades municipales han estado evaluando los daños de la erosión costera, donde también la comunidad de Corozal está  siendo afectada.

“Es un proyecto caro y se requiera de una gran inversión, que no está en capacidad de la Municipalidad ejecutarla”, indicó Edgardo Amaya, coordinador del Comité de Emergencia Municipal (Codem).

Construir espigones puede ser una solución  a largo plazo, pero es un tema complejo que requiere de una decisión del Congreso Nacional y de las autoridades ambientales del Estado.

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