Corte extiende plazo hasta noviembre de 2025, pero cancelación del TPS sigue vigente

Nacionales

Más de 55 mil hondureños amparados bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS) viven en un estado de incertidumbre, luego de que la Corte del Noveno Circuito de San Francisco, California, extendiera los términos del programa hasta el 18 de noviembre de 2025.

Aunque la medida ofrece un respiro temporal, la cancelación del TPS para Honduras, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) el pasado 7 de julio, sigue en pie, dejando a miles de migrantes en un limbo legal.

La decisión judicial respondió a una moción presentada por organizaciones de defensa de migrantes, entre ellas la Fundación 15 de Septiembre, que ha encabezado esfuerzos para preservar el programa.

Su presidente, Juan Flores, lamentó la ausencia de una gestión diplomática activa por parte del gobierno hondureño: “Nos sentimos abandonados. El gobierno de Honduras no ha mostrado un compromiso real para negociar con la administración estadounidense. Estamos solos en esta lucha”, afirmó.

El DHS, bajo la dirección de la secretaria Kristi Noem, ha señalado que facilitará el “retorno voluntario” de quienes no logren regularizar su estatus, en coordinación con el programa hondureño “Hermano, vuelve a casa”.

La agencia sostiene que las condiciones que justificaron el TPS en 1999 ya han mejorado, criterio que ha sido respaldado por la administración de Donald Trump y que también ha afectado a beneficiarios de Haití y Venezuela.

La fecha clave será el 18 de noviembre de 2025, cuando la Corte determinará si la cancelación es legal. En caso de ratificarse, los hondureños protegidos por el TPS deberán abandonar EE. UU. o acogerse a otras vías migratorias.

Organizaciones proinmigrantes instan a los beneficiarios a buscar asesoría legal para explorar alternativas como el ajuste de estatus por vínculos familiares, la solicitud de asilo, visas de trabajo o humanitarias, e incluso esperar la eventual aprobación de la Ley Dignidad.

No obstante, advierten que muchos de estos procesos son complejos, competitivos y sujetos a estrictos requisitos.

La cancelación del TPS tendría un doble efecto: en Estados Unidos, donde miles de beneficiarios forman parte activa de la fuerza laboral y contribuyen a la economía; y en Honduras, donde las remesas enviadas por esta comunidad son un pilar fundamental.

Please follow and like us: