Iriona, Colón – Agentes de la Policía Nacional irrumpieron entre la niebla y la vegetación cerrada de las montañas de la aldea Río Grande, en Iriona, departamento de Colón. Lo que encontraron no fue poca cosa: una plantación de aproximadamente 48,000 arbustos de hoja de coca, cada uno de más de dos metros de altura, y un laboratorio rústico dedicado al procesamiento de pasta base, sustancia esencial en la elaboración de cocaína.

El equipo de inteligencia que durante semanas patrulló de forma encubierta hasta trazar con precisión la ubicación exacta del cultivo ilícito. Coordinados por la Dirección Nacional de Servicios Policiales Fronterizos (DNSPF), la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA) y el Equipo Móvil de Intervención del Bajo Aguán, los efectivos descendieron sobre el terreno con una misión clara: desmantelar la operación desde la raíz.
A las coordenadas 15°38’50.8″N, 85°29’37.2″W, donde se ubicaba el sembradío. Allí, además de asegurar el área, los agentes realizaron el levantamiento de muestras botánicas que serán enviadas para análisis técnico y legal con el objetivo de confirmar científicamente la variedad de la planta y su pureza.
A escasos metros del cultivo, en una especie de choza construida con tablas y láminas oxidadas, se hallaba un laboratorio artesanal, el cual servía como centro de procesamiento primario. Allí, según los agentes, se extraía la pasta base, sustancia que posteriormente sería refinada en otros puntos aún no identificados.
Todo el procedimiento fue supervisado por la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO), quien ahora tiene la tarea de judicializar este hallazgo en una región ya marcada por la presencia del narcotráfico.
El municipio de Iriona ha sido durante años una zona estratégica para estructuras criminales. Su difícil acceso geográfico, con caminos de tierra, ríos encajonados y montañas densas, lo convierten en un lugar ideal para operaciones fuera del radar.