Despedida al Exalcalde y empresario Rafael Ramos Rivera en Olanchito

Cultura

Eran las tres y veinte minutos de la tarde cuando una ligera brisa soplaba entre el parque central y el Edificio Municipal de Olanchito. Empleados municipales, acompañados del alcalde y un pequeño grupo de regidores, aguardaban solemnemente la llegada del féretro del ciudadano Rafael Ramos Rivera. El exalcalde, que gobernó el municipio entre los años 1965 y 1967, iba a recibir un último adiós de una modesta cantidad de ciudadanos que le acompañarían en su recorrido final.

Rafael Ramos Rivera, recordado por su compromiso con la comunidad durante su mandato, fue una figura emblemática de Olanchito. La procesión comenzó en el Palacio Municipal, un lugar donde él mismo había trabajado arduamente por el desarrollo del municipio. A medida que el cortejo fúnebre avanzaba, el silencio respetuoso de los presentes contrastaba con el susurro del viento y el ruido lejano de la ciudad en movimiento.

El alcalde, visiblemente conmovido, ofreció unas breves palabras en honor a Ramos Rivera, destacando su dedicación y las huellas imborrables que dejó en la historia del municipio. Los regidores, junto con los empleados municipales, formaron una fila solemne para rendir homenaje al exalcalde, quien había sido un mentor y amigo para muchos de ellos.

El recorrido continuó hasta el cementerio municipal en la Colonia Resurrección. Los ciudadanos, algunos de ellos con lágrimas en los ojos, seguían el féretro en un silencio reverente. La procesión pasó por calles que alguna vez Ramos Rivera había transitado, recordando los tiempos en que su liderazgo guió a Olanchito hacia el progreso.

Al llegar al cementerio, un ambiente de respeto y recogimiento envolvía a los presentes. Las palabras finales fueron pronunciadas, y el féretro fue descendido a su lugar de descanso. Flores y palabras de despedida se mezclaron en el aire, uniendo a la comunidad en un último acto de gratitud hacia Rafael Ramos Rivera.

La brisa de la tarde continuó soplando suavemente, llevando consigo el eco de una vida dedicada al servicio público. La despedida al exalcalde no solo marcó el final de una era, sino también la celebración de un legado que perdurará en la memoria colectiva de Olanchito.