Diputados en oferta: compre su conciencia, ¡y lleve un curul gratis!

Opiniones

A cinco meses de las elecciones generales, el departamento de Yoro vuelve al ruedo político con su infaltable desfile de rostros sonrientes, abrazos fingidos y caravanas que se abren paso entre el polvo y el olvido.

Nueve curules están en juego, y como cada cuatro años, ya se afilan las uñas, los discursos… y, por supuesto, las billeteras.

Pero algo resulta peculiar, sospechoso y hasta cínico en esta campaña: los nuevos candidatos a diputados han decidido omitir un pequeño detalle en sus aspiraciones… las propuestas. Sí, señoras y señores, estamos ante una generación de candidatos que no tiene idea de lo que va a hacer al Congreso, pero eso sí, están muy claros en qué barrio hay que repartir “ayuditas”.

Atrás quedaron los tiempos en que se hablaba —aunque fuera por compromiso— de leyes para el agro, apoyo al caficultor y políticas forestales para no ver nuestros cerros calvos como rodillas de carnicero.

Hoy, los nuevos aspirantes llegan con discursos vacíos, llenos de lugares comunes, y una agenda que parece escrita en una servilleta… con tinta invisible.

¿Dónde están los planes para la educación rural? ¿Quién se atreve a hablar de infraestructura digna, acceso a salud, o reformas para proteger la riqueza natural de Yoro? Silencio absoluto. Porque en esta nueva política, el proyecto no es el pueblo… el proyecto es el puesto.

Claro, sería injusto meter a todos en el mismo saco, aunque muchos entran solitos. Uno que sí ha levantado la mano con ideas claras es Juan José “Joche” Molina, quien desde su tribuna en SAGO ha venido esbozando cuatro pilares concretos: educación, salud, agricultura e infraestructura. Habla de Yoro con propiedad, como quien conoce el barro, la montaña y la escuela sin techo. Y en tiempos de tanto ruido hueco, una voz con propuestas suena como sinfonía.

Y para desmarcar a los actuales diputados por Yoro —Milton Puerto, Marco Tinoco, Felipe Ponce y Sergio Figueroa—, sería oportuno que le den una lección de política seria a sus compañeros de fórmula. Ustedes, que ya tienen experiencia en el Congreso Nacional, podrían instruirles que ser diputado no es andar regalando bolsitas ni pelotas de fútbol, sino representar con dignidad a un pueblo que cada vez está más despierto. No todos votamos por lo que cae de un pick-up.

El resto, lamentablemente, parece más dispuesto a comprar conciencias que a conquistar ideas. Porque ¿para qué explicar una reforma de ley si puedes regalar una bolsa con tu cara? ¿Para qué un plan de desarrollo si ya repartiste 200 recargas y un chanchito en la aldea?

Y ahí es donde el pueblo yoreño debe agudizar el oído y afilar el voto. No basta con ver quién suena más en TikTok o reparte más abrazos. El Congreso necesita diputados que sepan legislar, fiscalizar y representar, no simples acomodados que solo levanten la mano —por orden del jefe de bancada— y callen mientras Honduras arde.

Quedan cinco meses. Suficiente tiempo para que el electorado despierte y pregunte:
¿Qué vas a hacer por Yoro, además de querer llegar?
Porque si seguimos eligiendo a quien más paga…
Después no nos quejemos si nos toca pagar por todo lo que no hacen.