Washington acusa al régimen chavista de liderar el Cartel de los Soles y refuerza su presencia militar frente a las costas de Venezuela
Estados Unidos anunció este martes que está preparado para “usar todo su poder” en la lucha contra el narcotráfico vinculado al régimen de Nicolás Maduro, luego del despliegue de tres buques de guerra con 4.000 soldados, submarinos y aviones de reconocimiento frente a las costas venezolanas.

La Casa Blanca confirmó que la medida forma parte de una operación estratégica para frenar el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense.
La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, afirmó en conferencia de prensa que el mandatario Donald Trump “está decidido a frenar el narcotráfico y llevar a los responsables ante la Justicia”. Agregó que la administración considera al régimen chavista “un cartel del narcotráfico y no un gobierno legítimo”, señalando directamente a Maduro como “líder fugitivo de una organización criminal acusada de enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos”.
El despliegue militar incluye submarinos nucleares, aviones P-8 Poseidon, destructores y un barco de guerra con misiles guiados, según fuentes del Departamento de Defensa citadas por CNN.
La operación busca reforzar la presencia estadounidense en el Caribe y combatir las rutas de los carteles en una zona considerada estratégica para el tráfico ilícito.
La Casa Blanca precisó que las fuerzas armadas “están listas para actuar con todos los recursos disponibles” y detener la “entrada masiva de drogas” al país.
Consultada sobre una posible incursión en territorio venezolano, Leavitt respondió: “El presidente ha sido claro: está dispuesto a usar todo el poder de Estados Unidos para proteger nuestras fronteras y llevar ante la justicia a quienes financian el crimen desde Venezuela”.
En apoyo a esta política, el secretario de Defensa Pete Hegseth difundió recientemente una carta en la que amplía las competencias del Ejército estadounidense, autorizándolo a “repeler toda forma de invasión, incluida la inmigración masiva, el tráfico de drogas y el contrabando humano”.
La medida ha provocado reacciones inmediatas en la región. Cuba calificó la presencia militar como “una agenda corrupta” impulsada por el secretario de Estado Marco Rubio, y exigió que se respete la región como una “zona de paz”. Por su parte, Caracas movilizó a millones de milicianos en lo que denominó un “plan de paz”, advirtiendo que las acciones de Washington amenazan la estabilidad regional y violan los principios de la CELAC.
En las últimas semanas, el Departamento de Justicia estadounidense ha intensificado sus acusaciones contra Maduro. La DEA informó de la incautación de más de 30 toneladas de cocaína y activos valorados en 700 millones de dólares presuntamente vinculados al régimen venezolano. Además, el gobierno de Trump duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura del mandatario.
El despliegue de fuerzas, las acusaciones judiciales y la respuesta de los países aliados del chavismo configuran un nuevo capítulo de tensión entre Washington y Caracas, que podría redefinir el equilibrio político y militar en el Caribe y América Latina.
(Con información de EFE y Europa Press)