La directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, ha emitido fuertes denuncias en las últimas horas respecto al excesivo gasto en salarios, viáticos, pasajes y viajes dentro del Congreso Nacional de Honduras, todo ello sin una correspondencia adecuada con la baja productividad legislativa.
Según Castellanos, la situación es alarmante ya que, durante el período de sesiones ordinarias, el Congreso Nacional debió reunirse al menos durante 104 días, pero solo se llevaron a cabo 42 sesiones, lo que representa un escaso 40 por ciento de cumplimiento.
La directora del CNA no dudó en calificar el ejercicio del poder como una especie de dictadura, donde un reducido grupo de nueve congresistas parece someter al resto de la asamblea.
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Además, ha denunciado conductas antidemocráticas y unipartidistas que, en su opinión, llenan una pila de ilegalidades, todo ello auspiciado por lo que ha calificado como una permisiva sala de lo constitucional que, a su juicio, no está cumpliendo con su deber de velar por la transparencia y la legalidad en las actividades del Congreso.
Castellanos ha destacado la falta de mecanismos de transparencia que permitan a la ciudadanía acceder a información de calidad sobre los excesos dentro del Congreso Nacional.
En este sentido, ha criticado la práctica de rendición de cuentas que, según ella, se limita a mostrar postales de viajes que los congresistas realizan con orgullo, sin que esto se traduzca en un trabajo legislativo efectivo.
La presentación de los resultados del informe titulado “Del Congreso que votamos, al Congreso que tenemos” marca un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción y la opacidad en el poder legislativo hondureño.