El partido Libertad y Refundación (LIBRE) nació como una esperanza para aquellos que lucharon por un retorno a la constitucionalidad en Honduras. Sus bases, compuestas por ciudadanos que sufrieron represión, violencia y sacrificios, creyeron en la posibilidad de un cambio verdadero.
Sin embargo, hoy observamos con cómo esa esperanza que muchos anhelaron ha sido secuestrada por familias de poder, transformando a LIBRE de un partido de oportunidades a un partido con los mismos vicios que tanto criticó.
Los que se jugaron el todo por el todo en las calles, enfrentando las gaseadas y golpizas a manos del ejército y la policía, ven cómo sus esfuerzos han sido eclipsados por aquellos que jamás lucharon por la causa, pero que ahora gobiernan con una desidia preocupante.
Es probable que, como se comenta en los cafés, “nada les costó llegar”, y quizás por eso cometen tantos errores como gobierno. La lucha por la justicia y la igualdad, que fue la bandera de LIBRE, parece haber quedado en el olvido.
El panorama actual es desolador: familias enteras repartiéndose el poder en el país, evidenciando una concentración de poder que recuerda las prácticas de aquellos a quienes LIBRE se opuso en su origen.
En Olanchito, por ejemplo, tres hijos de una misma familia ya han acaparado posiciones clave: uno como diputado, otro como regidor, y otro como candidato a alcalde. Esto plantea una pregunta inquietante: ¿No hay otras personas capaces dentro de LIBRE para gobernar Olanchito? ¿O es que el partido ha caído en los mismos vicios que alguna vez denunció con vehemencia?
Es doloroso ver cómo un partido que prometía refundar la nación ha sido capturado por los intereses familiares y personales, traicionando los principios por los cuales tantos lucharon. LIBRE, que una vez representó para un sector una alternativa, parece estar deslizándose hacia el abismo de la autocomplacencia y el nepotismo.
Este comentario no es un llamado a abandonar esa lucha, sino a recordar por qué se inició. Las bases de LIBRE deberían retomar ese control secuestrado por politicos tradicionales.
Esas mismas bases deben exigir que el partido regrese a sus raíces, donde la verdadera libertad y refundación no eran solo palabras, sino acciones concretas. Es imperativo por el bien de la debilitada democracia y por los contrapesos politicos que LIBRE no siga convirtiéndose en lo que tanto criticó.