En Corto…

Opiniones

En este rincón del Aguan, donde la política es más entretenida que una novela de radio y los candidatos cambian de discurso como de calcetines, las historias no paran de sorprendernos. Entre regidores desilusionados porque su diputado es más tacaño que un candado sin llave, militantes midiendo paredes para cambiarles de color antes de tiempo y precandidatos pidiendo disculpas en el juzgado como si fueran travesuras de escuela, el circo electoral sigue en marcha.

Así es la política en estos lares, un vaivén de enredos donde nunca faltan los sustos, las risas y, claro, el toque de fábula que hace todo más interesante. ¡Siga leyendo, que esto apenas comienza!

En Corto…

En la tranquila y soleada Olanchito, un curioso personaje apareció en la alcaldía con la seguridad de un gallo en corral propio. Se trataba de un militante de Libre, quien, con paso firme y mirada analítica, recorrió los pasillos observando las paredes como si fueran un lienzo en blanco. “Vengo a ver de qué color están pintadas, para ir planeando los tonos con los que las arreglaremos cuando retomemos el poder el 25 de enero”, anunció con la misma convicción con la que un zorro le promete seguridad a un gallinero.

Los empleados, entre risas y miradas cómplices, lo dejaron inspeccionar a gusto, mientras imaginaban si el rojo intenso del partido sería suficiente para tapar las huellas del pasado. “Tal vez de paso traigan brochazos de soluciones”, murmuró un empleado, incredulo y sonriendo por la accion del Homosapiens mientras el visitante seguía su recorrido con la determinación de quien ya siente la brocha en la mano, aunque las urnas aún no hayan hablado.

En Corto…

En el bosque político del Valle Arriba, un astuto regidor que había apostado todas sus fichas al M28 ahora andaba con cara de mapache sorprendido. Resulta que su diputado, aquel que prometía ser generoso como una piñata en fiesta de barrio, resultó más agarrado que un murciélago aferrado a su rama. “Pensé que el hombre iba a soltar billete a manos llenas para hacer política, pero parece que me equivoqué”, se le escuchó murmurar entre suspiros, mientras miraba su billetera tan vacía como una olla después del almuerzo.

Pero en este bosque de promesas y expectativas, algunos ya le aconsejan que mejor aprenda a cazar votos sin depender del maná del cielo… o del bolsillo del diputado. “La política es como la pesca”, “si esperás que te den el anzuelo y la carnada, te quedás con hambre”.

En Corto…

En Olanchito, donde los rugidos y los zarpazos son parte del día a día, ocurrió un episodio digno de una fábula con moraleja incluida.

El precandidato a vicealcalde Claudio, que en su momento quiso demostrar fuerza con las manos en vez de con las palabras, terminó haciendo lo que nunca imaginó: ofrecer disculpas públicas a la diputada Yari Sequeira. Y es que la leona del Congreso no aguanta paja ni titubeos cuando de justicia se trata, y con un solo rugido legal, llevó al caballero a confesar su falta ante la jungla política.

Los curiosos dicen que Claudio llegó al juzgado más manso que cordero en misa de domingo, con un discurso bien ensayado y mirada arrepentida. “Perdón, honorable diputada”, dicen que dijo con tono de estudiante regañado. Y mientras los loros del chisme repetían la historia por todos los rincones, más de uno aprendió la lección: en política, no solo hay que medir las palabras, sino también los impulsos, porque a veces una disculpa llega con más peso que un discurso de campaña.

En corto…

En el reino político de Olanchito, donde los discursos vuelan como papagayos y las promesas crecen como bejucos en invierno, ocurrió un fenómeno digno de cuento. La designada presidencial María Antonieta apareció en el cierre de campaña de los cachos y, según testigos, no hizo falta discurso ni pancarta: con su sola presencia dejó a más de un caballero con la quijada desencajada y el corazón en modo tambor.

Dicen que hasta los más curtidos en la política, esos que han visto de todo en la jungla electoral, quedaron flechados con su presencia. Algunos hasta olvidaron sus discursos y, en lugar de hablar de votos, comenzaron a discutir estrategias para conseguir aunque sea una foto con la dama. La política hondureña es una batalla de ideas y propuestas, pero en esta ocasión, fue el encanto de María Antonieta el que se llevó el protagonismo, dejando claro que en campaña no todo es guerra… a veces también hay flechazos.