Entre el río y la esperanza: la lucha de una comunidad por un puente

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Tocoa, Colon – Las aguas del río Tocoa son testigos de una rutina que se repite día tras día. Niños de la mano de sus madres, algunos montados en caballo y otros a pie, cruzan el cauce con la ilusión de llegar a la ciudad para comprar lo necesario.

A falta de un puente colgante, arriesgan su seguridad con cada paso sobre las piedras resbaladizas, sorteando la corriente que, en épocas de lluvia, se convierte en un obstáculo insalvable.

En la zona montañosa de Tocoa, donde habitan unas 60 familias, la ausencia de un puente de hamaca no solo dificulta la movilidad, sino que pone en riesgo vidas.

La comunidad, productora de licha, piña, pepino, limones, yuca, maíz y frijoles, lucha por llevar sus cosechas al mercado, pero el río es un muro que les impide crecer.

“Cuando el río crece no podemos pasar, nuestros enfermos mueren o tenemos que caminar mucho más para encontrar ayuda médica”, relata un vecino con la voz cargada de resignación.

Los peligros del cruce son reales. Una madre, con sus hijos tomados de la mano y la mirada fija en la otra orilla, confiesa el miedo que la acompaña cada vez que el agua le llega a las rodillas.

“Me he escapado de ahogarme varias veces por la necesidad de cruzar este río y comprar alimentos para mis hijos. Ojalá nos pudieran ayudar”, expresa, sin soltar la bolsa de víveres que logró comprar en la ciudad.

Desde hace siete años, los habitantes han solicitado la construcción de un puente de hamaca que les brinde seguridad. Han tocado puertas, enviado cartas y levantado la voz, pero la respuesta ha sido el silencio.

Hoy, hacen un llamado directo a los dos diputados de Libre en Colón, esperando que su realidad deje de ser una historia de abandono. Mientras tanto, los niños siguen cruzando el río con los bolsillos llenos de ilusiones y las madres con el corazón cargado de incertidumbre, soñando con el día en que un puente reemplace el peligroso camino que hoy deben recorrer.