Francisco G. Ramírez: el alcalde que inauguró y clausuró la primera Semana Cívica en 1935

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Olanchito, Yoro. – La historia de la Semana Cívica en Olanchito no puede contarse sin resaltar la figura de Francisco G. Ramírez, jefe del distrito local en 1935, quien jugó un papel decisivo en la organización y consolidación de esta tradición que hoy cumple 90 años de existencia.

La idea original del profesor Francisco Murillo Soto encontró eco en Ramírez, quien, como máxima autoridad municipal, respaldó y organizó al gremio de maestros de las dos escuelas existentes en aquel entonces: la Escuela de Varones Modesto Chacón y la Escuela de Niñas José Cecilio del Valle.

Desde entonces, su liderazgo marcó el rumbo de las festividades cívicas que se convirtieron en patrimonio de la ciudad.

El 8 de septiembre de 1935, Ramírez fue quien declaró inaugurada la Semana Cívica frente a la residencia de Doña Dolores Soto Posas de Quesada, en un acto donde el alumnado, profesorado y vecinos rindieron homenaje a Don Norberto Quesada Sosa.

A partir de ese momento, su presencia se mantuvo constante en cada actividad, respaldando la labor del magisterio y alentando la participación ciudadana.

Pero su papel no terminó ahí. El 14 de septiembre de 1935, al concluir los homenajes a Don Salomón Sosa, Francisco G. Ramírez tuvo a su cargo la clausura oficial de la primera Semana Cívica, destacando el carácter educativo y comunitario de aquella celebración que su amigo Francisco Murillo Soto había propuesto.

Y, apenas unos días después, el 17 de septiembre, volvió a demostrar su compromiso con la educación al ordenar el pago anticipado de salarios a los maestros, incluso recurriendo a préstamos personales para cumplir con esa promesa, en una época en que las arcas municipales se encontraban debilitadas.

La historia también recuerda cómo, durante la cena ofrecida al profesorado por el diputado Mauricio Ramírez, fue Murillo Soto quien agradeció el gesto, pero dejando claro que detrás de esos reconocimientos estaba la mano firme y solidaria de un alcalde que supo acompañar la iniciativa de los maestros.

Hoy, al mirar hacia atrás, Olanchito reconoce que sin el apoyo decidido de Francisco G. Ramírez desde la Alcaldía Municipal, la Semana Cívica quizás no hubiera alcanzado la trascendencia que tiene como una de las celebraciones más emblemáticas del civismo y la cultura hondureña.

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