Olanchito, Yoro – Cada mañana, los primeros rayos del sol acarician el rostro del busto de Francisco Murillo Soto, un ciudadano ejemplar a quien Olanchito hoy le rinde homenaje con profundo respeto. Colocado en la parte este del Parque Central, su busto, otrora olvidado en un rincón, se yergue ahora como un faro de la cultura y el civismo en esta ciudad.
El busto de Murillo Soto, que se alza en la parte este del Parque Central, recibe cada día la bendición del sol, como si la naturaleza misma quisiera rendirle homenaje. Hubo un tiempo en que esta figura, con su mirada fija hacia el futuro, se hallaba olvidada en un rincón, pero hoy y gracias a una campaña de este periódico digital EL COMEJAMO fue restaurada a su esplendor y hoy se yergue como lo que siempre fue, una luz de cultura y civismo en Olanchito, recordando a todos el valor de la dedicación y el compromiso con la comunidad.
Este día, familiares, amigos y autoridades se reunieron alrededor de su busto para colocar una corona de laureles en señal de reconocimiento. Francisco Murillo Soto, quien fundó la Semana Cívica en Olanchito en 1935, es considerado el alma de una tradición que ha trascendido generaciones, convirtiendo a la ciudad en un símbolo de civismo no solo en Honduras, sino también en el mundo. Gracias a su legado, Olanchito es conocida como “la ciudad cívica”, un título que enorgullece a todos sus habitantes.
El Dr. Max Sorto Murillo, nieto del homenajeado, tomó la palabra en nombre de la familia. Con emoción, agradeció la distinción y recordó a su abuelo como un hombre de principios firmes, trabajador desde su infancia, que supo enseñar con el ejemplo el valor de la educación y el servicio a la comunidad. Sus palabras resonaron entre los presentes, muchos de los cuales compartían recuerdos personales de “Panchito”, como era conocido cariñosamente.
En el evento además estuvieron además sus nietos Analyda Melara Murillo, Iliana Sosa Murillo, Sandra Marzuca Murillo, Rosario Sorto Murillo y Marcos Murillo, quienes orgullosos de sus raíces acompañaron el acto de homenaje a su distinguido pariente.
El alcalde Juan Carlos Molina, visiblemente conmovido, expresó su profundo agradecimiento a Dios por haber permitido que figuras como Murillo Soto nacieran en esta tierra. “Es un privilegio poder rendir homenaje a alguien que dejó una huella tan profunda en nuestra sociedad”, dijo. Sus palabras se escucharon como un eco de la gratitud colectiva que la comunidad de Olanchito siente por el legado de Murillo Soto.
Hoy, en este día especial, Olanchito se vistió de nostalgia y orgullo. Los vecinos, los descendientes de Murillo Soto y quienes han oído de su legado, se unieron en un sentido tributo. Recordaron no solo al hombre, sino también los valores que encarnó: la honestidad, la dedicación y el amor por su patria y su pueblo.
El busto de Francisco Murillo Soto seguirá recibiendo cada mañana la luz del sol, un símbolo perenne de lo que significa ser un ciudadano ejemplar. Mientras la ciudadanía continúe recordando y celebrando su legado, su espíritu vivirá en cada acto cívico, en cada gesto de solidaridad, en cada esfuerzo por hacer de Olanchito un mejor lugar para las generaciones futuras.
Así, con la corona de laureles descansando, sobre el; el busto de Murillo Soto permanece como un recordatorio de que los grandes hombres no solo se miden por sus logros, sino por el impacto que dejan en la vida de los demás, un impacto que en Olanchito, sin duda, perdurará por siempre.
Feliz inicio de la Semana Cívica…