Hospitales del Valle del Aguán sin pruebas de COVID-19 mientras el gobierno impone medidas preventivas

Locales

Olanchito, Yoro. — A pesar del aumento de casos respiratorios y las nuevas disposiciones del gobierno que incluyen el uso obligatorio de mascarillas y jornadas de teletrabajo, los dos principales centros asistenciales del Valle del Aguán no cuentan con pruebas para detectar COVID-19.

Así lo confirmaron fuentes médicas del Hospital Aníbal Murillo Escobar (HAME) de Olanchito.

Actualmente, solo clínicas y laboratorios privados tienen capacidad para realizar pruebas, lo que representa un obstáculo económico para la mayoría de la población, que no puede costear una atención oportuna.

La situación refleja, una vez más, la improvisación en el manejo de las crisis sanitarias en Honduras.

El personal médico del HAME ha señalado que ya realizaron la solicitud formal de pruebas a las autoridades correspondientes, pero hasta ahora no han recibido respuesta. Mientras tanto, se ven obligados a atender pacientes “a ciegas”, guiándose solo por los síntomas clínicos.

La paradoja es evidente: el gobierno exige mascarillas y reduce la jornada laboral presencial, pero no garantiza las herramientas básicas para enfrentar el virus, como las pruebas diagnósticas. “Parece que el virus solo circula de jueves a domingo, porque los días laborales sí podemos salir a trabajar, según la lógica oficial”, ironizó un galeno del hospital bajo condición de anonimato.

Las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula ya reportan un aumento sostenido de contagios y, según especialistas, el brote ya está afectando también al litoral atlántico, incluyendo a Olanchito, pero en bajas cifras

Ante esta situación, los médicos recomiendan a la población el uso constante de mascarilla, evitar lugares cerrados con aglomeraciones, y acudir al médico al primer síntoma, aunque reconocen que sin pruebas es difícil confirmar o descartar la enfermedad.

Mientras el virus avanza y las instituciones públicas siguen sin capacidad de respuesta, la prevención ciudadana vuelve a ser la única barrera de contención. Y eso, en pleno 2025, sigue siendo una deuda con la salud pública.

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