Hoy rendimos tributo al maestro Francisco Murillo Soto, fundador de la Semana Cívica

Caricaturas

Olanchito, Yoro. – Este día, la ciudad que vio nacer a grandes hombres de letras y civismo se viste de gratitud para rendir homenaje a uno de sus más ilustres hijos: el Profesor Francisco Caracciolo Murillo Soto, visionario fundador de la Semana Cívica de Olanchito en 1935, celebración que hoy constituye el mayor legado cultural y patriótico del municipio.

En un gesto simbólico, www.elcomejamo.com pública una caricatura en blanco y negro que retrata al maestro tal como fue recordado por generaciones: un hombre sereno, de mirada firme y convicciones profundas, capaz de inspirar respeto y sembrar identidad con cada palabra.

Murillo Soto entendió que el patriotismo debía enseñarse no solo en los libros, sino también en la vida diaria. Con la instauración de la Semana Cívica buscó fortalecer la identidad nacional, resaltar las fuentes de producción local y unir al pueblo en torno a los valores de la democracia y el civismo.

Desde aquel septiembre de 1935, Olanchito se convirtió en escenario de desfiles, charlas, actos culturales y presentaciones estudiantiles que año tras año han dado vida a una tradición única en Honduras, al punto de que la ciudad es reconocida como la Ciudad Cívica del país.

Hijo de Juan C. Murillo y Norberta Soto, Francisco Murillo Soto fue más que un maestro: fue gestor comunitario, líder cultural y servidor público. Supo que la educación era el camino y lo convirtió en su misión de vida.

Fundó escuelas, organizó sociedades de maestros y padres de familia, escribió sobre la belleza y el espíritu de Olanchito, y como alcalde gestionó agua, luz y caminos.

Hoy, cada bandera que ondea en septiembre, cada niño que marcha con paso firme y cada ciudadano que recuerda con orgullo la Semana Cívica, lleva consigo un poco de su legado.

Al presentar su caricatura, no solo se honra su memoria, sino que se revive el espíritu de aquel hombre que transformó una idea en una celebración nacional.

Recordar a Murillo Soto no es un acto del pasado, es una tarea del presente: mantener viva la llama del civismo y del amor a la patria en cada nueva generación.

Olanchito, en este tributo, vuelve a proclamar al mundo que su Semana Cívica nació del sueño de un gran maestro que entendió que enseñar era también sembrar patria.

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