La Ceiba bajo agua: el eterno problema de las inundaciones en la ciudad que olvidó su sistema pluvial

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La Ceiba, Atlántida – Cada vez que el cielo se nubla y la lluvia comienza a caer, La Ceiba, conocida como la novia de Honduras, revive una vieja herida que aún no ha sanado: las inundaciones constantes que paralizan la ciudad, ponen en riesgo la vida y la propiedad de sus habitantes, y exponen la fragilidad de su infraestructura urbana.

En pleno siglo XXI, esta ciudad caribeña que se proyecta como un referente turístico y comercial del litoral atlántico aún carece de un sistema de drenaje moderno y funcional.

Las lluvias, por ligeras que sean, provocan el desbordamiento de quebradas, el colapso de los desagües pluviales y el rebalse de aguas residuales, que terminan inundando el centro, mercados, barrios tradicionales y colonias periféricas.

Zonas como La Independencia, Alahambra, El Centro, El Sauce, Solares Nuevos y otras de lanzona norte son algunas de las más afectadas año con año. Calles convertidas en ríos, vehículos atrapados, familias evacuadas y pérdidas materiales se han vuelto parte del paisaje urbano durante la temporada de lluvias.

“La Ceiba es una ciudad que ha crecido sin planificación hidráulica adecuada. Muchos de sus drenajes son antiguos, obstruidos o simplemente insuficientes para el volumen de agua actual”, explica el ingeniero hidráulico Renán Cáceres, especialista en gestión urbana y cambio climático.

Según el experto, una de las razones del colapso frecuente es que el sistema de drenaje pluvial y el alcantarillado sanitario están interconectados, lo que genera presión sobre ambas redes cuando llueve intensamente. Además, la acumulación de basura en quebradas y tragantes agrava la situación.

“Mientras no se invierta en un plan maestro de drenaje pluvial, con obras de canalización, desvío y ampliación de cauces, La Ceiba seguirá ahogándose con cada tormenta”, señala Cáceres.

Para los habitantes, la situación también tiene un componente de frustración histórica. A pesar de ser una ciudad icónica del Caribe hondureño, los planes de inversión se han centrado en infraestructura visible —calles, bulevares, parques— pero se ha ignorado el sistema subterráneo, cuya ausencia eficiente ahora le cobra factura a todos.

Especialistas en planificación urbana sugieren que, además de mejorar la infraestructura, se debe adoptar un modelo de ciudad resiliente, que incluya:

• Mantenimiento periódico y sistemático de drenajes y quebradas.
• Creación de reservorios y tanques de retención pluvial.
• Reforestación en zonas altas para reducir escorrentía.
• Prohibición de construcciones en zonas inundables.
• Educación ciudadana sobre el manejo adecuado de residuos.

Mientras tanto, La Ceiba sigue enfrentando un dilema entre el desarrollo que proyecta al exterior y la realidad subterránea que la paraliza cada vez que llueve. Una ciudad bella y llena de historia, que clama por soluciones profundas para no quedar, literalmente, bajo el agua.