La Ceiba. Así como el río Cangrejal se abre entre en su curso hacia la ciudad de La Ceiba, inmensas rocas, la población que vive en su parte alta también está desafíando esos grandes peñascos que han quedado descubiertos luego que las corrientes destruyeran la carretera que se abría sobre este escenario rocoso.
No hay carretera en más de 800 metros, en el sector de Los Playa de Venado, lo mismo pasa en otros tramos más pequeños, pero de igual de riesgosos para los que intentan cruzarlos, en su desesperación por entrar y salir a esta zona de desastre, que se encuentra de rodillas por volúmenes de agua dejados a su paso la tormenta tropical Sara..
Las motocicletas son por ahora el medio del se están valiendo muchos pobladores, quienes tienen que salir en grupos para poder cruzar estos vehículos entre las enormes piedras y barrancos que han quedado después que las crecidas violentas del Cangrejal han bajado.
“Me vine caminando voy para el hospital, porque mi hijo está enfermo, y me lo han trasladado en una motocicleta”, relató Erlin Díaz, mientras se quitaba el sudor con su brazo derecho, cuando venía de la comunidad de El Pital.
En su recorrido de más de dos horas, iba viendo hacia arriba como los helicópteros sobre volaban los cielos, en un rápido ir y venir, que el más deseaba que sus piernas lo fueran así.
Detrás de él una fila de hombres, ayudados con bordones de palo y con mochilas desgastadas, seguían la misma ruta: La Ceiba.
“Salimos a las cuatro de la mañana, y no hemos comía nada, porque no tenemos que comer”, comentó don José Hernandez, un nativo de la aldea Los Limpios, quien a sus 68 años jamás pensó volver a caminar este ruta.
Don José junto a otros parientes, salieron a buscar ayuda y comunicarse con sus familiares, “quienes desde hace cuatro días no saben de nosotros”, expresó.
“Todos hemos perdido mucho, algunos perdieron sus vaquitas, cerdos, gallinas y cultivos, se han quedado sin nada, pero el río no nos quitó la voluntad de ayudarnos unos con otros”, resaltó Enil Hernández, quien no pierde las esperanzas que la vida pronto vuelva a la normalidad en esta corredor turístico y ecológico de La Ceba, incomunicado por la destrucción de su carretera.