La H sin alma ni pulmones: Canadá le da media docena de razones para reflexionar

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Con la misma energía que un ventilador sin corriente, la Selección de Honduras debutó en la Copa Oro 2025 haciendo historia… pero de la que nadie quiere recordar.

Una H muda, impotente e inofensiva fue vapuleada con un estruendoso 6-0 cortesía de Canadá, que no tuvo que esforzarse mucho para desarmar al cuadro de Rueda como si fuera un rompecabezas de tres piezas.

Desde el primer silbatazo, los nuestros parecían estar en una excursión por Vancouver. Mientras los canadienses armaban jugadas con precisión quirúrgica, los catrachos miraban la pelota como si fuera una reliquia sagrada que no se podía tocar.

Al minuto 26, Nico Sigur se metió como Pedro por su casa y, con la complicidad de una defensa que pareció más bien un comité de bienvenida, venció a un Edrick Menjívar que solo atinó a mirar la red ondear.

¿Hubo polémica? Sí, claro, pero no en el marcador. Menjívar cometió una falta dentro del área, pero el árbitro —quizás compadecido— se hizo el canadiense. Total, igual les iba a alcanzar para la goleada.

En los descuentos del primer tiempo, Oluwaseyi —naturalizado, motivado y, sobre todo, sin marca— puso el 2-0. El descanso llegó para Honduras como un salvavidas… de plomo.

El segundo tiempo comenzó con un regalo: un balón que cruzó el área catracha sin que nadie lo despejara, hasta que Buchanan, con la calma de quien está en un picnic, empujó el tercero.

Y por fin llegó la primera jugada ofensiva hondureña, una doble oportunidad que Lozano y Quioto desperdiciaron con tanto dramatismo que merecían una nominación al Oscar. El santo estaba de espaldas. Y con tapones.

Canadá siguió con su práctica de definición y al minuto 64 Buchanan marcó su segundo. Promise David agregó uno más al 75, y Nathan Salibá cerró la cuenta ante una defensa hondureña que parecía haberse rendido desde el himno.

Reinaldo Rueda se quedó sin rueda, sin freno y sin volante. Honduras terminó goleada, humillada y, lo más preocupante, sin una gota de reacción emocional.

Ahora, con el alma en terapia intensiva, la H deberá reponerse del golpe y tratar de no ser un sparring de lujo en el resto del torneo.