La Ceiba. Nasser Hilsaca subió caminando hace cinco años a su apartamento que está en el tercer piso de un edificio en el centro de la ciudad de La Ceiba, y no volvió a bajar, luego que obesidad y la hipertensión lo mantuvieron en cama desde entonces. Su salud empeoró el pasado domingo, y bajarlo de esa altura, llevó más 24 horas al Cuerpo de Bomberos, para lograr esa hazaña histórica de salvarle la vida al hombre más obeso de Honduras.

Con un peso de 630 libras, Hilsaca, un comerciante ceibeño de origen árabe, tuvo que ser sacado con una grúa desde esa altura. La operación paralizó la pequeña avenida Atlántida, muy concurrida por el mercado municipal.
Curiosos, amigos y familiares, acuparon la vía, junto a los medios de comunicación, atraídos por este hecho inusual, que mantuvo ocupado por más de 24 horas al Cuerpo de Bomberos.

Hacer descender a Hilsaca, representó un gran desafío para los rescataste, quienes tuvieron que derribar ventanas y cercas, para poder extraer al comerciante, que lleva años padeciendo obesidad mórbida, insuficiencia renal y úlceras, y su estado de salud empeoró desde el pasado viernes, y fue el domingo que dieron aviso a los cuerpos de socorro.
“Hemos logrado hacer una estructura de metal, tipo canasta para poder bajarlo”, explicó José Orellana, un experto en descender alturas del Cuerpo de Bomberos.

Tras varias horas, entre sogas y garruchas, se logró bajar al comerciante, una hazaña, que fue recibida con aplausos y gritos de júbilo, entre los presentes. El momento fue conmovedor para los que vivieron el drama humano. Una trocó tirado a una unidad bimberil, esperaba a Hilsaca, que acostado en un colchón y envuelto con sabanas descendía del aire.
En la pequeña avenida, una caravana de ambulancias y patrullas, esperaban para trasladar al paciente hacia el Hospital General Atlántida.

La caravana inició su recorrido, mientras los ceibeños salían aplaudiendo y gritando frases de aliento, para Hilsaca, que por primera vez en cinco años volvió a respirar el aire tropical y recorrer las calles de La Ceiba, pero de una forma inusual.
Su traslado al Hospital General Atlántida, fue otro desafío. Aquí desde el domingo empezaron acondicionar la sala, y las camillas, ya que no había equipo y espacio para este tipo de pacientes.

Un equipo de internistas y enfermeras esperaba en la sala de adultos, listos para atender a este hombre, que con ganas de vivir.
Una cadena humana, hizo posible bajar a Hilsaca del trocó, para montarlo a la camilla que lo trasladó a la sala.
“Tuvimos que pegar con alambre dos camillas, pues no tenemos equipo para poder trasladar a un paciente de esta naturaleza”, explicó Francisco Gutiérrez, uno de los camilleros del HGA.

Una vez ya internado, personal de mantenimiento de este sanatorio, procedió a instalar las puertas, que habían sido removidos para facilitar el ingreso de Hilsaca. Y así hombres y mujeres de caqui y batas, han dado todo para salvar la vida de este hombre, cuyo caso también despertó la solidaridad de los ceibeños